La ONG defensora de Derechos Humanos, Provea, advirtió que la grave escasez de agua en Venezuela aumenta el riesgo de contagio de COVID-19 en el país.
Provea publicó un informe en que señaló que desde que se decretó la cuarentena el 16 de marzo, “las deficiencias en la prestación del servicio de agua a los hogares se han agravado”.
La principal recomendación de los expertos de la Organización Mundial de la Salud (OMS) es mantener una buena higiene personal, que incluye lavarse las manos frecuentemente; sin embargo, es casi imposible de cumplir en Venezuela.
Para la ONG, la escasez de agua ha “creado las condiciones propicias” para aumentar el riesgo de contraer COVID-19 “para cerca del 90% de los venezolanos que viven bajo el umbral de la pobreza”.
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“En medio de la pandemia del Coronavirus contar con suministros de agua continuos, suficientes y de calidad; es contar con mayores garantías para el derecho a la vida”; afirma la ONG en su informe.
La escasez acentúa las desigualdades en el país
La Organización de Naciones Unidas reconoció como derecho humano el acceso al agua. Esto quiere decir que todos los Gobiernos deben trabajar en pro de garantizar a sus ciudadanos el suministro de agua “suficiente y limpia”.
Provea sostuvo que la escasez de agua acentúa las desigualdades entre la población. Si bien reconoció que la situación afecta a todos los estratos socieconómicos, “el impacto de la falta de agua es más pronunciado en los más pobres”; ya que no cuentan con recursos para acceder a servicios privados de agua.
Finalmente, el informe señala que 80% de la población en Venezuela padece “constantes interrupciones en el servicio de agua potable”. Advierte que los cortes van desde 48 horas semanales; hasta un mes e incluso más.
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