Los venezolanos sobreviven a los peores apagones que se hayan producido en ese país por la crisis eléctrica que afronta el país. Luego de más de dos días sin luz, en el segundo bajón eléctrico ocurrido en menos de un mes, las calles lucen desoladas, los comercios cerrados, los sistemas subterráneos suspendidos, banca inoperativa y el servicio de agua no existe.
Ante el colapso del transporte público superficial, los ciudadanos optan por caminar o esperar en largas filas buses habilitados para atender la contingencia.
El despacho de combustibles en Caracas permanecía restringido durante la mañana, aunque sin las largas filas de vehículos que se apreciaron el martes y el miércoles.
El suministro de agua está inoperativa, en vista de que las bombas y centrales no han podido ser reactivadas por la inestabilidad del servicio que este jueves comienza a restablecerse parcialmente en varios estados del país.