Un pequeño fragmento de madera que pertenecería a la cuna donde la Virgen María colocó al Niño Jesús, hace más de 2.000 años, regresó a Tierra Santa luego de que el Papa Francisco donara la reliquia a la ciudad palestina de Belén.
“El patriarca de Jerusalén, San Sofronio, a mitad del siglo VII donó al papa Teodoro I (642-649) esta reliquia original del pesebre de Jesús”, explicó el padre Juan Solana, encargado de la Santa Sede para el Instituto Pontificio Notre Dame.
En la capilla de este centro, hoy uno de los edificios más emblemáticos frente a la muralla de la Ciudad Vieja de Jerusalén, se colocó la reliquia que fue besada y ante la que rezaron privilegiados peregrinos que la visitaban.
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La pieza se trasladará a su ubicación definitiva en la iglesia franciscana de Santa Catalina, cerca de la Iglesia de la Natividad en Belén, un lugar sagrado donde según la tradición cristiana nació Jesús.
Además, el retorno de esta reliquia del pesebre desde Roma (Italia) coincide con el inicio del Adviento, el periodo de cuatro semanas previo a la Navidad.
En ese sentido, la pieza de madera retorna a Tierra Santa tras más de 1.300 años, luego de abandonar esta región por un regalo del patriarca de ese entonces al Vaticano.
“Es importante ya que se trata de una parte de la estructura de madera del pesebre original de Belén. Esta estructura de madera dejó Tierra Santa hacia el año 640” afirmó el custodio de Tierra Santa, Francesco Patton, tras la misa.
En esta época, “el papa en Roma era Teodoro, y tenía raíces palestinas” agregó, explicando las razones del traslado de la cuna de Cristo de Medio Oriente a Europa.
En ese sentido, la ciudad de Belén prevé celebraciones hasta Navidad con motivo del retorno de este trozo de madera, de un centímetro de ancho por 2,5 centímetros de largo.