Un grupo de científicos de la Universidad de Hawai (UH) ha logrado capturar un video en donde se pudo registrar la forma como una ballena jorobada nada en un patrón circular que crea un red de burbujas, con el objetivo de rodear a sus presas y ser más efectivas en su labores de caza.
El evento pudo ser registrado en Alaska usando unas cámaras, drones y unos sensores conectados a las ballenas con unas ventosas, en el marco de un proyecto que investiga las causas de una posible disminución en el número de ballenas jorobadas.
“Estamos observando cómo estos animales están manipulando a su presa y preparando a la presa para la captura. Nos permite obtener nuevas ideas que realmente no habíamos podido hacer antes”, indicó Lars Bejder, director del Programa de Investigación de Mamíferos Marinos (MMRP ) de UH.
De acuerdo con el experto, este tipo de información será fundamental para entender los comportamientos de las ballenas jorobadas y los cambios que se vienen registrando en sus hábitats naturales, así como en la disponibilidad de su alimento vinculado a la disminución de sus presas y el cambio climático.
En ese sentido, Bejder en conjunto con el científico de Martin van Aswegen y Andy Szabo, director de la Alaska Whale Foundation lograron que los datos del video y el acelerómetro brindaran una información sobre cómo las ballenas llevan a cabo este comportamiento y con qué frecuencia deben hacerlo para ganar suficiente energía y peso antes de migrar de regreso a Hawai para criar.
“Tenemos dos ángulos. La perspectiva del dron nos muestra estas redes de burbujas y cómo las burbujas comienzan a salir a la superficie y cómo los animales salen a través de la red de burbujas a medida que salen a la superficie, mientras las cámaras de las ballenas nos muestran la perspectiva del animal”, indicó Bejder.
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El estudio reseña que unas 3.000 ballenas jorobadas visitan Alaska durante el período de alimentación de verano, y hasta 10.000 están en Hawai para el período de reproducción de invierno.
Además, se ha establecido que cuando las ballenas abandonan sus áreas de alimentación y migran a unas 3.000 millas (4828 kilómetros) dejan de comer hasta su regreso varios meses después.
“Las hembras en Hawai están utilizando grandes cantidades de energía cuando dan a luz, lactan y crían a sus hijos antes de migrar de regreso a sus lugares de alimentación”, explicaron los expertos.
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En el trabajo también participaron miembros del Laboratorio Goldbogen de la Universidad de Stanford y el Laboratorio de Bio-telemetría y Ecología del Comportamiento de la Universidad de California, con los que se implementaron las etiquetas de ventosa equipadas con cámaras y acelerómetros para comprender cómo Las ballenas jorobadas en Alaska se alimentan y cómo algunas usan las burbujas para optimizar su consumo de kril usando estas redes.