Una gran polémica se ha generado por la propuesta del exministro de Medio Ambiente de Japón, Yoshiaki Harada, de verter el agua radiactiva de la accidentada central nuclear de Fukushima a las aguas del océano Pacífico, luego de hacerle un tratamiento.
“Creo que no hay más opción que verterla al mar”, indicó Harada, quien fue removido recientemente por el primer ministro japonés Shinzo Abe en una reforma del gabinete.
La polémica propuesta surgió ya que desde el accidente de la planta atómica de Fukushima en 2011, la compañía propietaria de la central, Tokyo Electric Power Company (Tepco), ha acumulado más de 1 millón de toneladas de agua altamente radiactiva para refrigerar los reactores dañados.
Esta situación se ha convertido en un verdadero problema tanto para la compañía como para el gobierno de Japón, ya que con el ritmo actual de almacenamiento la planta se quedará sin espacio para el año 2020.
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En ese sentido, Tepco ha venido evaluando esta polémica propuesta de verter el agua al océano como una de las opciones, una medida que todavía está siendo debatida por el panel gubernamental que supervisa el desmantelamiento de la central, pero que ya obtuvo el visto bueno del organismo regulador nuclear de Japón.
A pesar de que la propuesta del exministro de Medio Ambiente fue una “opinión personal”, la misma se ha convertido en una declaración directa de un miembro del gobierno, ya que se ha venido discutiendo desde hace un tiempo y ha tenido un rechazo rotundo de las asociaciones de pescadores que ven amenazada su actividad.
El tratamiento
El accidente de la central nuclear Fukushima ocurrió el 11 de marzo de 2011 después de un terremoto de magnitud 9,0 que afectó la costa noreste de Japón, afectando los reactores nucleares con un maremoto que sumado a la actividad sísmica provocó grandes emisiones de radiación a la atmósfera y al océano.
Desde entonces, los expertos han tenido que utilizar agua para refrigerar los reactores dañados y la misma se somete luego a un tratamiento para eliminar todos los isótopos radiactivos, a excepción del tritio, para posteriormente almacenarla en tanques.
El tritio no se considera peligroso para la salud humana por debajo de determinados umbrales que varían entre diferentes países y organismos internacionales. Además, la compañía Tepco aseguró que otras centrales nucleares del país ya realizan vertidos al mar con este elemento en pequeñas cantidades de forma rutinaria
Precisamente, esta compañía ha realizado desde 2015 varios vertidos puntuales de centenares de toneladas de agua procesada con un volumen de tritio de entre los 330 y los 600 becquereles por litro, por debajo de los 1.500 que exige la ley japonesa como límite para este tipo de vertidos.
Sin embargo, otra de las alternativas es enterrar estos tanques o hacer un procesos de evaporación, los cuales, según los expertos, pueden representar un mayor peligro para el medio ambiente.
Los accidentes nucleares de Fukushima (2011) y de Chernóbil (1986) son considerados como los más graves incidentes de este tipo en el planeta, ya que fueron clasificadas de nivel 7, el máximo en la escala internacional de accidentes nucleares (INES), por los efectos considerables para la salud y el medio ambiente.