Un sorprendente caso se registró en los Estados Unidos con el nacimiento de una niña prematura que tan solo pesó 245 gramos y que ha logrado sobrevivir a pesar de su compleja condición de salud.
La niña Saybie vio la luz en el mes de diciembre con tan solo 23 semanas y tres días de gestación en hospital Sharp Mary Birch de San Diego (California), convirtiéndose en la bebé más pequeña de nacimiento prematuro del mundo.
La menor tuvo que estar en la unidad de cuidados intensivos del hospital después de haber nacido con un bajo peso que se asemejaba al de una manzana.
Al nacer, Saybie pesó 245 gramos -equivalente a una manzana grande- lo que la convirtió en el bebé más pequeño del mundo en sobrevivir al parto. Tras cinco meses en cuidados intensivos, fue dada de alta de un hospital de Estados Unidos #AFP pic.twitter.com/aOXZy9B8jS
— Agence France-Presse (@AFPespanol) 30 de mayo de 2019
La niña nació por cesárea después que su madre sufrió de preeclampsia, un síndrome específico del embarazo que consiste en la presencia de hipertensión arterial, y altos niveles de proteína en la orina después de la vigésima semana de gestación.
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El Registro de los bebés más pequeños, que está a cargo de la Universidad de Iowa, indica que Saybie podría ser la niña más pequeña del mundo que haya sobrevivido prematura.
El récord anterior para niñas lo tenía una bebé en Alemania que pesó 252 gramos al nacer prematura, y en el caso de varones el récord va para un niño nacido en Japón con 268 gramos.
El neonatólogo Paul Wozniak, del hospital Sharp Mary Birch, explicó que el primer problema con los bebés tan pequeños al nacer es lograr que lleguen a respirar.
“Con los pulmones todavía no plenamente desarrollados los bebés necesitan ayuda para respirar y por ello es esencial la inserción de un tubo extremadamente pequeño, pero un procedimiento tan delicado requiere un par de manos con mucha precisión para introducir el tubo por las vías respiratorias”, indicó Wozniak.
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De acuerdo con el médico este tipo de procedimientos es bastante complejo y conlleva a que se tenga una elevada tasa de mortalidad entre los bebés nacidos prematuros.
“Con el tubo en su lugar fue posible la administración de un compuesto químico que impide que los alvéolos apretados en los pulmones del bebé se adhieran unos a otros. Esto contribuye a reducir el estrés respiratorio en los bebés nacidos antes de las 28 semanas de gestación”, explicó el doctor.
Los riesgos
Los bebés prematuros son más propensos a adquirir infecciones porque han pasado menos tiempo conectados al flujo sanguíneo de las madres, lo cual les impide recibir los anticuerpos que residen en la sangre materna.
Sin embargo, Saybie ha superado varios retos a pesar de su compleja condición de salud y fue dada de alta esta semana del centro hospitalario para que continúe con su proceso de desarrollo y cuidado en compañía de su familia.
“Hemos tenido algunos de estos bebés prematuros por nueve meses, o hasta un año antes de que puedan irse a casa. Para mí es notable que ‘Saybie’ haya ido a su casa sin necesidad de oxígeno como ocurre con casi todos los bebés tan pequeños, y sin un tubo para alimentación”, resaltó , comentó Wozniak.
Con información de EFE
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