Un grupo de científicos de la Universidad Estatal de Carolina del Norte (EE.UU.) ha descubierto que un pequeño primate, conocido como aye-aye, ha desarrollado un nuevo dedo en su mano para moverse por sus hábitats.
Los investigadores evidenciaron que esta especie completó en sus huellas digitales unos ‘pseudothumbs’, que les ayuda agarrar objetos y ramas a medida que se mueven a través de los árboles.
“Los aye-ayes son animales inusuales desde el principio: estos lémures extremadamente raros son conocidos por su crecimiento constante, orejas grandes y manos extrañas, particularmente por los dedos delgados y alargados que usan para ubicar y lanzar larvas dentro de los árboles”, indicó Adam Hartstone-Rose, profesor de ciencias biológicas en la Universidad.
De acuerdo con el experto, este descubrimiento se logró cuando estaban estudiando los tendones de las manos de esta especie en donde pudieron identificar que estas fibras se extendían hacia una pequeña estructura en la muñeca.
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En ese sentido, Hartstone-Rose y el investigador Edwin Dickinson pudieron identificar que esta estructura estaba compuesta de hueso y cartílago. Además, tiene unos músculos que le permite moverse en tres direcciones, de la misma manera como se mueven los pulgares del ser humano.
“El uso de estas técnicas digitales nos permite visualizar estas estructuras en tres dimensiones y comprender la organización de los músculos que proporcionan movimiento al dedo”, indicó Dickinson.
Por su parte, el líder del estudio indicó que estos pseudothumbs son más que una protuberancia que le brinda a este primate la posibilidad de agarrarse de mejor forma en sus movimientos por los árboles.
“El pseudothumbumb tiene una extensión ósea y cartilaginosa y tres músculos distintos que lo mueven. Este dedo puede retorcerse en el espacio y ejercer una cantidad de fuerza equivalente a casi la mitad del peso corporal del aye-aye. Por lo tanto, sería bastante útil para agarrar”, aseguró Hartstone-Rose.
Un complemento
Los investigadores también indicaron que esta estructura fue hallada en los aye- ayes de ambos sexos y en primates jóvenes y adultos, por lo que se cree que fue evolucionando con la especie a través del tiempo.
Sin embargo, una de las hipótesis que se tienen es que esta “protuberancia” puede hacerse desarrollado para compensar a los otros dedos que tiene esta especie y que son demasiado especializados para unas funciones específicas como para buscar larvas.
“Otras especies, como el oso panda, han desarrollado el mismo dígito adicional para ayudar a agarrar porque la pata de oso estándar está demasiado generalizada para permitir la destreza necesaria para cumplir esta función”, indicó Hartstone-Rose.
De acuerdo con el experto, estos dígitos adicionales también se han visto en algunas especies de topos y reptiles con el objetivo de ampliar sus manos para nadar o excavar de forma más eficiente.
“En este caso, la mano del aye-aye está tan especializada para la movilidad en la medida en que se hizo necesaria. Algunas otras especies de primates tienen dígitos reducidos para ayudar en la locomoción, pero este extraño primate es el primero que marca los dígitos en la mano y nadie lo había notado hasta ahora”, concluyó el autor del estudio.