Un grupo de científicos de la Administración Oceánica y Atmosférica Nacional de Estados Unidos (NOAA) ha evidenciado que la población del oso marino del ártico ha caído en su hábitat principal en las Islas Pribilof, pero está prosperando en un lugar improbable.
“El número de estos mamíferos marinos sigue creciendo en la Isla Bogoslof, una diminuta isla en la cima de un volcán submarino activo en las Islas Aleutianas”, indicaron los expertos.
Precisamente, este volcán expulsó ceniza y afectó a una ruta de tráfico aéreo hace unos dos años y en la actualidad las fisuras volcánicas en la isla siguen expulsando lodo caliente, vapor y gases sulfurosos.
Los biólogos calcularon en 2015 que en la isla habían unas 28.000 crías, mientras que en la actualidad se estima que hay más de 36.000 crías, indicó Tom Gelatt, de la Administración Oceánica y Atmosférica Nacional de Estados Unidos.
De acuerdo con el científico, los osos marinos árticos paren y cuidan a sus crías en la playa de esta pequeña isla, que tiene el tamaño aproximado de un tercio del Central Park de la ciudad de Nueva York.
“Las hembras adultas tienen un promedio de 140 libras, con pelaje marrón-gris que se convierte
en más ligero a lo largo de la parte inferior del tórax. Los machos tienen un promedio de
600 libras con un pecho enorme melena tiesa y piel marrón oscuro”, explicó la NOAA.
Los expertos también aseguraron que esta especie tienen grandes aletas traseras, un cuerpo robusto, cabeza pequeña y un hocico puntiagudo.
“Los osos marinos árticos se encuentran en el Océano Pacífico Norte y en el Mar Bering, incluso en las islas fuera de California, y solo se acercan a la orilla a reproducirse y se ha identificado que las crías nacen al final de la primavera”, indicó la organización.
Finalmente, los científicos han indicado que esta especie se encuentra clasificada en condición ‘Vulnerable’ por la Lista Roja de Especies Amenazadas de la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), por lo que se vienen liderando unos programas para protegerlos.
La caza de los osos marinos inició desde el siglo XVIII por lo cual se han creado unos acuerdo internacionales para protegerlos ya que las mayores amenazas en la actualidad son los derrames de petróleo, el cambio climático y la caza para la supervivencia.