Un grupo de científicos descubrieron una nueva especie de equinodermo, grupo al que pertenecen las estrellas de mar y los erizos, en una cueva bajo un campo de golf en la isla de Cozumel (México).
La especie cavernícola pertenece a la clase de ofiuroideos, denominado como Ophionereis commutabilis, los cuales son unos animales marinos con características distintivas en su piel y que habitan en las cuevas costeras que tiene aguas salobres.
“La importancia de este descubrimiento radica en que es la tercera especie en el mundo de este tipo de animales”, señaló Francisco Alonso Solís-Marín, investigador del Instituto de Ciencias del Mar y Limnología de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM).
De acuerdo con el científico, en el planeta hay identificadas más de 2.000 especies de ofiuroideos documentadas, de las cuales solamente dos viven en cuevas (una en Bahamas y otra en Japón), a las que ahora se suma la tercera en México.
“Obviamente son especies distintas. Esta especie es 100 % mexicana y algo muy importante porque quiere decir que es endémica de la isla de Cozumel; es decir, es el único lugar en el planeta donde existe esa especie”, indicó Solís-Marín.
En ese sentido, los investigadores destacaron que este descubrimiento reafirma la idea de que México es un país megadiverso y se convierte en una de las naciones destacadas por ser una importante fuente de recursos genéticos para el mundo.
“Los equinodermos tienen rasgos generales similares pero morfológicamente son diferentes entre sí. En específico, los Ophionereis commutabilis tienen el cuerpo pequeño y aplanado, el cual está formado por un disco redondo y cinco brazos delgados y largos que llegan a medir entre 18 y 20 centímetros”, destacó Solís-Marín.
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Características
El líder del estudio explicó que esta especie se diferencia de las estrellas de mar porque los ofiuroideos no poseen ojos y aseguró que hace unos seis años se pudo confirmar que las estrellas poseían unos omatidios, los cuales son unos ojos compuestos capaces de distinguir siluetas y ver dentro del agua.
“El grupo de investigadores tiene la hipótesis de que esta nueva especie de ofiuroideo puede ser bioluminiscente; es decir, que emite luz propia” indicó el experto, quien aclaró que esta característica no se ha podido comprobar.
Asimismo, los investigadores descubrieron que la extención de los brazos, la aplanación del cuerpo y los patrones de coloración de esta nueve especie son producto de la adaptación de la vida cavernícola, en donde las condiciones medioambientales son extremas con poco oxígeno y luz, así como poca disponibilidad de alimentos.
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Las cuevas
Los científicos destacaron que las condiciones de las cuevas en donde fue descubierta esta especie son fundamentales para la supervivencia y adaptación ya que cuando se formaron hace millones de años estaban en un ambiente seco y no sumergidas en el océano como están ahora.
“En algunos casos estas cuevas contienen agua marina y agua dulce, que es la que se filtra de la lluvia desde la superficie y en ellas no hay peces. Sin embargo, hay otras especies como estrellas de mar, moluscos como almejas, pequeños camarones y muchos animales invertebrados que se alimentan de un tapete microbiano que hay en las paredes y en el piso de la cueva”, indicó Solís-Marín.
Finalmente, el estudio resaltó el peligro en el que están estas especies y ecosistemas por cuenta de actividades como el turismo, lo cual dificultaría aún más la investigación y descubrimiento de nueva especies en fauna y flora en estos escenarios naturales.