Un grupo de científicos de la Universidad de Richtmond (EE.UU.) ha podido enseñarle a unos roedores a conducir un vehículo, hecho a su medida, para obtener comida, lo cual evidenciaría que los cerebros de estos ratones son más flexibles de lo que se creía.
“Esto podría mostrar las bondades de estos animales al estar en un ambiente con objetos con los que se puede interactuar. Lo que lleva a una mayor flexibilidad conductual y neuroplasticidad”, indicó Kelly Lambert, profesora de psicología en la Universidad de Richtmond (EE.UU.)
VIDEO: Rats find driving tiny cars relaxing, scientists reporthttps://t.co/Hc75oDatZ2 pic.twitter.com/l2Wt60N3f8
— AFP news agency (@AFP) October 24, 2019
De acuerdo con la científica, los ratones que estaban en un ambiente complejo, por ejemplo con objetos para interactuar, aprendieron a conducir el vehículo a diferencia de aquellos que permanecían en las típicas jaulas de laboratorio.
“Estos hallazgos podrían ser utilizados para investigar los efectos de la enfermedad de Parkinson sobre las habilidades motoras, la conciencia espacial y para entender mejor los efectos de la motivación sobre la depresión”, indicó Lambert.
Además, los investigadores destacaron que ahora podrán reemplazar las tradicionales pruebas en un laberinto por tareas de conducción más complejas, cuando usen a estos animales como modelos para estudiar enfermedades neurosiquiátricas.
https://www.instagram.com/p/B3-cjd4lCUt/media
Nuevas habilidades
La investigadora Kelly Lambert también explicó que hasta ahora se sabía que los roedores pueden reconocer objetos, presionar barras o encontrar la salida de un laberinto, pero su equipo se preguntó si serían capaces de realizar labores más complejas.
En ese sentido, estos animales (seis hembras y once machos) no los decepcionaron y los investigadores decidieron construir este vehículo a su medida con un tarro de plástico montado sobre cuatro ruedas.
El dispositivo también fue equipado con un motor y con tres barras de cobre que les permitía a los animales avanzar y cambiar de dirección, en donde se evidenció la capacidad de estos roedores de dirigirse a la comida que se tenía como recompensa.
El objetivo de los roedores era ganarse unos cereales siempre y cuando fueran capaces de conducir el minivehículo por un espacio de cuatro metros cuadrados, hasta el lugar donde esperaba la recompensa.
“Aprendieron a conducir el coche de una manera única y se dedicaron a patrones de dirección que nunca habían utilizado para llegar finalmente a la recompensa. Además, parecía que aprender a conducir les relajaba, pues durante sus clases de conducir aumentaron los niveles de dos hormonas que son un marcador del estrés”, explicó Lambert.
Ver más: Conoce a Happy, el elefante de un zoológico que fue llevado a una corte de EE. UU.
Finalmente, los investigadores destacaron que con estos experimentos los roedores pudieron demostrar su capacidad de responder con flexibilidad a los nuevos desafíos que se les ponían.
“Realmente creo que las ratas son más inteligentes de lo que percibe la mayoría gente y que la mayoría de los animales son más listos, de una manera particular, de lo que pensamos”, indicó la científica.
América Digital/ EFE