La conferencia que reúne a 183 países que participan de la Convención que regula el comercio internacional de especies de fauna y flora en peligro de extinción (CITES) anunció la incorporación del tiburón mako y varias especies de raya en un sistema de protección para evitar que desaparezcan del planeta.
Esta decisión fue tomada ante la fuerte demanda de aletas de tiburón que se viene generando en los mercados asiáticos, en donde es utilizada como ingredientes gastronómicos.
Sin embargo, la incorporación de la especie de tiburones mako deberá ser refrendada en la sesión plenaria de la conferencia que se desarrolla en Ginebra (Suiza), al igual que las de seis especies de raya guitarra y diez de raya rinoceronte, para las que se acordó también una protección especial ante el alarmante descenso de sus poblaciones.
“Esto significa que el comercio internacional de estas especies será regulado y que los países tendrán el incentivo de gestionar sus recursos pesqueros de manera que se garantice su sostenibilidad”, indicó Luke Warwick. experto de la organización conservacionista Wildlife Conservation Society.
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Lucha para su conservación
Los científicos destacaron que la caza de tiburones ha sido fundamental para muchas comunidades, pero se estima que requieren un sistema de protección reforzado por su fragilidad y por el rol que juegan para mantener saludables los ecosistemas marinos.
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En ese sentido, se considera que los tiburones mako y las rayas guitarra y rinoceronte constituyen las dos familias de peces más amenazadas del planeta y cuyas aletas son las que alcanzan los precios más elevados en los mercados internacionales.
“Cuando la mayoría de gente piensa en tiburones, se olvida de las especies de cuerpo aplanado, como las rayas guitarra, que están entre las más valiosas y peor protegidas que encontramos en los mercados. Por esta razón sus poblaciones han sido diezmadas en todo el mundo”, resaltó Rebecca Regnery, de la ONG Humane Society International.
Finalmente, los expertos destacaron que con estas medidas de protección, el comercio internacional de esos tiburones y rayas tendría que cumplir unos permisos especiales de exportación o reexportación que sólo se expedirán si se comprueba que no amenaza la supervivencia de la especie en su medio natural.