Seguramente durante estos días de confinamiento has escuchado hablar sobre la importancia de la vitamina D, la cual se produce naturalmente en nuestro cuerpo cuando entramos en contacto con la luz solar.
Pues debido a la baja exposición que hemos tenido con el exterior en medio de la pandemia de la COVID-19, los niveles de esta sustancia disminuyen y es vital balancear su producción ya que es la encargada de fortalecer nuestros huesos.
Según lo explica la mayoclinic.org, la cantidad de vitamina D que el cuerpo produce depende de muchos factores, entre ellos la latitud en la que te encuentres, el momento del día y hasta la pigmentación de la piel.
De esta forma la producción de la sustancia puede variar y así mismo dificultar los procesos de absorción de calcio en nuestro organismo y por ende afectar directamente a nuestros huesos debido a la pérdida de densidad ósea.
Para los niños, por ejemplo, la insuficiencia de esta sustancia puede provocar fracturas y desgastes dentales, y en los adultos suele ocasionar debilidad muscular y osteoporosis a largo plazo.
Pero no te preocupes, aunque la producción natural de esta vitamina se encuentra vinculada con la absorción de la luz solar, puedes balancear su producción con algunos alimentos y teniendo en cuenta algunas dudas que te despejamos a continuación:
Preguntas frecuentes
¿Para qué sirve la vitamina D?: esta sustancia ayuda a nuestro organismo a absorber el calcio, uno de los componentes principales de los huesos. También tiene un papel importante en el sistema nervioso, muscular e inmunitario.
¿Cómo se adquiere la vitamina D?: podemos obtenerla naturalmente a través de nuestra piel con la luz del sol, pero también la adquieres de algunos alimentos.
¿Cuánto se debe estar expuesto al sol para producir vitamina D?: puedes tomar el sol durante 15 minutos al menos durante tres días a la semana. Recuerda no exponerte durante largas horas a los rayos solares ya que pueden ser cancerígenos.
¿Qué alimentos son ricos en vitamina D?: los pescados como la sardina, el atún y el salmón son los alimentos que más concentran esta vitamina. Así mismo la encontrarás en los lácteos, el germen de trigo y los champiñones.
¿Qué síntomas hay por falta de vitamina D?: cansancio constante, fatiga y debilidad muscular, así como un nerviosismo constante e insomnio.