¿Has escuchado que los niños no deben tomar café porque luego no crecen? Aunque no hay sustento científico para esta aseveración, sí hay investigaciones que prueban que la cafeína es peligrosa para los niños y en altas dosis puede ser tóxica, según Diane Vizthum, nutricionista de la Escuela de Medicina de la Universidad John Hopkins.
La cafeína es un estimulante nervioso que, de acuerdo a estudios, causa aumento de la presión sanguínea, ansiedad, reflujo gastroesofágico y cambio en los patrones del sueño de los niños, y no es una sustancia que no está solo en la composición del café. Su presentación en bebidas gaseosas o sodas, que a su vez contienen grandes cantidades de azúcar, facilita la generación de dependencia en los pequeños.
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Los chocolates, bebidas achocolatadas, bebidas energizantes y el inocente té de la mañana o la noche también tienen cafeína.
Las investigaciones han demostrado además una relación entre el consumo de la cafeína y una baja absorción de calcio en adultos, pero las cantidades no son significativas como para asegurar que esta sustancia frena o afecta el crecimiento de los huesos de los niños.
Estimula el consumo de azúcar
Para la nutricionista Vizthum, el principal problema con la cafeína es que estimula a consumir azúcar, que es mucho más dañina para los niños, porque genera sobrepeso, fallas nutricionales y caries.
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En los Estados Unidos no hay una regulación fijada de cuál es la cantidad segura para el consumo de cafeína en los niños, aunque la Academia Americana de Pediatría desalienta su ingesta, mientras en países como Canadá, se habla de una guía de media taza de bebidas cafeinadas como máximo para niños a partir de los 4 años.
¿Le das bebidas cafeinadas a tu pequeño? Probablemente quieras pensarlo mejor la próxima vez.