La pandemia de COVID-19 ha cambiado cuánto soñamos, con qué soñamos y cuántos de nuestros sueños recordamos, según una recopilación de varios sondeos realizada por Tore Nielsen, profesora de Psiquiatría de la Universidad de Montreal para Scientific American.
“A principios de este año, cuando se implementaron ampliamente las directivas de quedarse en casa, la sociedad experimentó inesperadamente lo que yo llamo una oleada de sueños: un aumento global en la notificación de sueños vívidos y extraños, muchos de los cuales están relacionados con el coronavirus y el distanciamiento social”, expresó.
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Pesadillas al ataque
La data recopilada en varios estudios indica que el 29% de los estadounidenses consultados reportó más sueños extraños, muchos de los cuales eran pesadillas relacionadas con rabia, tristeza, fracaso y contaminación.
El texto indica que al menos tres factores pueden haber desencadenado o sostenido este fenómeno: horarios de sueño interrumpidos que aumentan la cantidad de sueño REM y, por lo tanto, soñar; amenazas de contagio y distanciamiento social que ponen a prueba la capacidad del sueño para regular las emociones; y los medios sociales y dominantes amplificaron la reacción del público.
En China, por ejemplo, se reportaron altos niveles entre trabajadores de primera línea del sector salud, mientras que la población general reportó un aumento en su tiempo de sueño. En Estados Unidos, el tiempo usado para dormir aumentó 20% durante la temporada de cuarentena.
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Según la psiquiatra, las amenazas de contagiarse y los problemas derivados del distanciamiento social pueden convertirse en metafóricos aliens, zombies y monstruos en nuestros sueños extraños, que son un mecanismo que usamos para expresar nuestras preocupaciones.
Sueños inspiradores
Pero no todo es negativo, los sueños también han probado ser fuente de inspiración y creatividad y de un mecanismo de desahogo para situaciones muy estresantes que se experimentan en la vida real.
La especialista habla de entrenarse para tener sueños lúcidos, que son aquellos en los que la persona sabe que está soñando y dirige el sueño a voluntad, para tener sueños más tranquilos y placenteros.
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