Buscar a alguien en las redes sociales y retroceder años en su Instagram buscando información es un placer culposo socialmente extendido, pero stalkear a tus enemigos tiene un significado que seguramente no te va a gustar.
De acuerdo a Karen North, profesora de la Universidad del Sur de California, la razón por la que inviertes tanto tiempo husmeando en la vida de esa persona que dices odiar es porque te importa demasiado. “Lo contrario del amor no es el odio, sino la indiferencia. Si esta persona realmente te repeliera tanto, ¿por qué pasarías una hora revisando sus fotos antiguas?”.
La especialista aseguró que las redes sociales facilitan la posibilidad de establecer una conexión emocional con esas personas. En otras palabras, alimentar el odio viendo lo que hicieron o dejaron de hacer.
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Asegura que la excusa que tiendes a dar si te gusta stalkear a tus enemigos es que es “una forma de hacer catarsis”, pero para la psicóloga no se trata de catarsis para nada, sino de obsesión que raya en voyeurismo, o placer por observar la vida ajena, una práctica tan antigua como la vida misma.
La falta de interacción o de relaciones significativas en la vida real también puede ser la razón por la que dedicas tiempo a revisar el perfil de alguien que dices detestar, en lugar de hacer cualquier otra cosa.
De hecho, el hábito de seguir gente que no te gusta y estar constantemente pendiente de lo que hacen se extiende a famosos y gente que ni siquiera conoces, lo que explica la fascinación mezclada con odio que hay para celebridades como Kim Kardashian, a quien millones detestan en las redes sociales, pero no pueden dejar de ver.
¿Estás cruzando la línea?
Por su parte, la psicóloga Emma Short, citada por la BBC, afirmó que no es fácil para alguien saber cuándo está cruzando la línea, lo que lo convierte en un comportamiento potencialmente peligroso, que degenera en dificultades para establecer relaciones en la vida real y en el desarrollo de una fijación con la persona.
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Y allí ocurre el ciberacoso: cuando te atreves a hacer continuo, persistente e indeseado contacto con alguien.
Pero para la psicóloga Short, aún cuando no le contactes o la persona en cuestión no esté al tanto de tu comportamiento, sigue siendo un hábito dañino, como cuando dejas de hacer cosas en la vida real por entregarte a stalkear a tus enemigos en la web.
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