El matrimonio es una unión entre dos personas que tiene miles de años, pero aunque actualmente la idea del amor eterno, como ese que vemos en las películas, ha perdido fuerza y el deseo de formar una familia no es del agrado de muchas personas; estudios afirman que existen jóvenes que aún tienen deseos de casarse.
Una encuesta reveló que al menos ocho de cada 10 personas, menores de 35 años, tienen planes de casarse y sueñan con formar un hogar estable.
El matrimonio es el sueño de muchos jóvenes
Según la encuesta Nupcialidad Itinerarios de Pareja, realizada por la Cátedra Amoris Laetitia que forma parte del Instituto Universitario de la Familia de la Universidad Pontificia Comillas; la cual recogió datos de 1.550 residentes en la Comunidad de Madrid, afirma que muchos de los jóvenes tienen el deseo de contraer matrimonio. Sin embargo, en muchos casos se ven obligados a retrasar la planeación y los deseos de casarse por cuestiones económicas y de estabilidad.
A pesar de que ha habido un aumento de las familias monoparentales; el estudio revela que la pareja es una forma social básica en la vida y a su vez el matrimonio.
“La pareja es la forma esencial de la organización de nuestra sociedad, y los jóvenes no pueden acceder a ello principalmente por motivos económicos”, cuenta Fernando Vidal, autor del estudio y director del Instituto de la Familia, de acuerdo a ABC.
En algunos jóvenes que atraviesan una situación de vulnerabilidad tanto laboral como económica, optan por no conciliar proyectos de matrimonio con otra persona. Sin embargo, el deseo de hacerlo se encuentra presente.
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Las bases de un hogar estable
El 54,3% de las personas encuestadas, más de la mitad de los que ya están casados; opina que uno de los factores fundamentales de consolidación del matrimonio tiene que ver con el compromiso mutuo.
De acuerdo a la investigación ocho de cada diez personas casadas se encuentran “plenamente” o “bastantes” seguras de que tendrán un matrimonio estable y duradero. Por otro lado casi 5 personas de cada 10 no tienen dudas con respecto a su estabilidad en el matrimonio.
“Casarse es algo que cambia la disposición hacia el otro; pero es verdad que cada vez hay menos diferencias entre casarse jurídica o religiosamente y convivir a largo plazo”. Las parejas consolidadas por una convivencia prolongada encuentran pautas de comportamiento muy similares a las de los matrimonio”, comenta Vidal.
De igual manera explica la importancia que tiene el matrimonio en la realización personal; “No hay una opinión que diga que quita libertad o que es una fórmula antigua, el matrimonio sigue siendo una fórmula adecuada en sus diversas formas”.
La religión y el matrimonio
El estudio también habla sobre cómo el papel de la Iglesia llega a influir en la decisión de formar un hogar estable; ya que se ha encontrado una gran demanda en donde la institución religiosa motiva a los jóvenes creyentes en querer formar una familia y además de esto, que su hogar sea duradero.
“Los jóvenes creen que la iglesia debería ayudarles preparándolos para el matrimonio de una forma más apegada a la realidad”.
Aunque la religiosidad como motivación para contraer matrimonio ha disminuido progresivamente a comparación de otros años; la encuesta detecta un aumento de su valor entre los jóvenes menores de 35 que se han casado, ya que en ese tramo el 48,6% se casó por razón religiosa.
“Los jóvenes valoran mejor el matrimonio religioso que generaciones anteriores, y eso se debe a que la gente toma la decisión de casarse por la Iglesia con mayor libertad, es más auténtica, más genuina, y eso responde a motivos religiosos aunque haya pluralidad de decisiones”, añade Vidal.
Aunque hay miles de dudas entre los jóvenes acerca del matrimonio y si sobre esta decisión podrán efectuarla como algo permanente; la mayoría de personas jóvenes tienen la ilusión de poder hacer de esto un sueño hecho realidad y finalmente formar el hogar estable que tanto anhelan.
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