Miles de venezolanos en Ecuador esperan, entre el escepticismo y la esperanza, el inicio este lunes del proceso de regularización migratoria llevado a cabo por el gobierno de Lenín Moreno, que estará abierto hasta el 31 de marzo de 2020.
Según el gobierno ecuatoriano, el nuevo visado para los migrantes que se hallan en el país, exigido en frontera desde hace dos meses, servirá para incorporar a cientos de miles de migrantes al flujo económico del país y regularizar su situación, reportó EFE.
Regularizar la anarquía migratoria
La implementación del proceso, en el marco del Decreto Ejecutivo 826, ofrecerá un visado humanitario excepcional para los que tengan pasaporte y un certificado apostillado de antecedentes penales, realizando el trámite a través de la página “consuladovirtual.gob.ec”.
“Nos permitirá, primero: regularizarnos en el país y, segundo: ampararnos ante cualquier situación de abuso laboral”, dijo a EFE con optimismo la venezolana Ana Lucia Pasanisi, quien advierte de la fragilidad de los migrantes que no están regularizados.
Desde hace dos años, por Ecuador han pasado alrededor de 1,6 millones de venezolanos, de los que unos 400.000 se habrían quedado en el país y el resto seguido viaje, sobre todo a Chile y Perú.
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De los que se quedaron, apenas unos 125.000 han obtenido o aplicado a algún tipo de visado, por lo que la gran mayoría ni siquiera consta en los registros civiles.
Pasanisi sostiene en ese sentido que el nuevo visado es “excelente” porque permitirá la regularización de los ciudadanos en este país, pero también porque hasta ahora la visa más solicitada era la “Unasur”, que costaba 250 dólares.
“Era inalcanzable para muchos y la documentación que pedía era engorrosa de tramitar”, lo que hacía que muchos, “ante la desesperación, vinieran con las manos vacías”.
50 dólares por el trámite
En una rueda de prensa el jueves, el viceministro de Relaciones Exteriores y Movilidad Humana, Carlos Alberto Velástegui, explicó que cualquier extranjero tiene a su disposición la gama entera de visas contemplada en la legislación local.
No obstante, según el plan del gobierno, la humanitaria será gratuita y sólo demandará el pago de los gastos de gestión, 50 dólares. Además, eximirá de multas a todos aquellos que tengan vencidas anteriores visas.
“Esto ayuda bastante. Primero, por el costo y, segundo, porque es una regularización con una amnistía que servirá para aquellas personas en situación de irregularidad que entraron antes del 26 de julio”, declara a EFE el presidente de la Asociación Civil Venezuela en Ecuador, Daniel Regalado.
Las nuevas regulaciones, matiza este activista, “condonarán la multa de tres salarios mínimos que tenían por no haberse regularizado en su momento”, una suma equivalente a más de 1.150 dólares.
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A su juicio, esta regulación masiva es una situación de la que pueden “ganar todos” porque, con visado, el venezolano “generará una estabilidad económica al país por el pago de impuestos y permitirá el acceso de los trabajadores a los servicios de salud”.
Permitirá además al gobierno ecuatoriano “saber quiénes son” los migrantes, “qué están haciendo”, y conocer mejor “sus necesidades para poder atenderlas”.
La incertidumbre de quienes seguirán irregulares
Sin embargo, no todos acogen el plan con una sonrisa y tienen buenas razones.
Víctor Sasal, que lleva año y medio en Ecuador, cree que la nueva visa no es del todo “humanitaria”, ya que no ayudará a todo el mundo.
Víctima de un robo en Colombia, a Ecuador entró sin la documentación necesaria que hoy se requiere para tramitar la visa y, por el momento, Sasal no podrá optar a ninguno de los modelos que ofrece el país.
Otro caso es el de Ricardo Vega, profesor de matemáticas y quien se queja de que el nuevo visado solo sirve para “los que entraron de forma legal y con toda la documentación”, por lo que los que no cumplen esos requisitos, incluso si tienen la Carta Andina, no pueden aplicar al visado humanitario.
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La Carta Andina era un documento válido de entrada cuando comenzó la ola migratoria, pero fue descalificada después.
Vega cree que el gobierno ecuatoriano “ha querido darle la mano a los venezolanos”, pero opina que “no es suficiente” y que esa falta de medidas conlleva que cada vez haya “más venezolanos que buscan regresar a su país independientemente de la situación que atraviesa Venezuela”.
Temor a la expulsión
Velástegui no se pronunció sobre qué pasará con este tipo de migrantes, pero no son pocos los venezolanos que temen ser expulsados del país, sobre todo los que entraron por pasos irregulares o lo hicieron sin pasaportes.
Es necesario “entender que las personas que entraron de forma ilegal van a tener dificultades para optar al visado”, aclara Regalado, y con el futuro nuevo proyecto de Ley de Movilidad Humana, “es probable que se modifique el apartado de la deportación en situaciones de irregularidad, y eso les va a afectar”.
“Comprendemos que disguste que no todo el mundo pueda ser partícipe de esta regularización, pero, lamentándolo mucho, esas son las reglas del juego y tenemos que respetarlas”, concluyó el activista.