El diputado de la Asamblea Nacional en el exilio, José Manuel Olivares, confirmó este lunes el primer caso de fiebre amarilla en el hospital Ruiz y Páez en el estado Bolívar, al sur del país.
La persona afectada sería Alfredo Montes de Oca, un indígena pemón de 46 años, quien estuvo dos meses recluido en los principales centros de salud de esa entidad.
Se conoció que este caso es el primero confirmado en los últimos 14 años en el país, luego de los brotes epidémicos ocurridos entre 2002 y 2005, que afectaron varios estados, entre ellos: Zulia, Táchira, Portuguesa, Mérida, Monagas, Apure y Bolívar.
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El ex ministro de Salud, José Félix Oletta, alertó la necesidad de elaborar un plan de vacunación, sobre todo en las zonas más vulnerables, pero criticó el silencio de la administración de Nicolás Maduro con respecto al tema.
“Hemos determinado que 3 millones de personas en zonas de riesgo deberían ser vacunadas y sería una campaña importante además de otra de educación porque no es posible que surjan casos de este tipo y la respuesta del Ministerio es silencio”, declaró a un medio privado venezolano.
Oletta especificó que en en 17 estados existen municipios donde hay potencial transmisión de esa enfermedad, se han registrados en los últimos 21 años 71 casos confirmados de la enfermedad.
Julio Castro, médico internista infectólogo venezolano, también resaltó la importancia de mantener a los ciudadanos vacunados para evitar la propagación del virus.
“En el caso de Venezuela, basta con un solo caso para levantar la alerta epidemiológica”.
La fiebre amarilla es una infección causada por un virus que se transmite a través de un mosquito y los síntomas de la fiebre amarilla son similares a los de la hepatitis: fiebre, dolor de cabeza, nauseas, vómitos, piel y ojos amarillos, delirio, latidos cardíacos y hasta sangrado.