El domingo 19 de diciembre, Chile irá de nuevo a las urnas en el segundo balotaje electoral que definirá el nuevo presidente del país sudamericano, que vive su primera polarización desde que recuperó su democracia hace más de 30 años.
José Antonio Kast, del Partido Republicano de Chile, y Gabriel Boric, del Pacto Apruebo Dignidad, se medirán por segunda vez para reemplazar al actual presidente Sebastián Piñera y asumir sus funciones dentro del Palacio de la Moneda.
Esta será la primera decisión electoral desde que en el año 2019 el país atravesó una ola de protestas que hizo tambalear el clima político en Chile debido a las desigualdades económicas que finalmente desencadenaron un proceso, aún en curso, para volver a redactar su Constitución que lleva décadas vencida.
Para estas elecciones están citadas casi 15 millones de personas habilitadas para votar y, de acuerdo con el artículo 15 de la Constitución Política de la República, el voto es un ejercicio voluntario. Pero la población electoral parece sentir una abrumadora desmotivación para sufragar, sin embargo eso no ha hecho que la carrera electoral baje la guardia.
Primera vuelta marcada por la abstención
En la primera vuelta electoral celebrada el 21 de noviembre los comicios estuvieron también marcados por la abstención que se ubicó en un 47,34% del padrón electoral, menor a la que registró el plebiscito de 2020 que tuvo 50,9%. El voto de noviembre estuvo repartido en los siete candidatos que se midieron.
En los últimos años, Chile ha gozado de una fama por ser un modelo exitoso de democracia y de ser el país de la región con un desarrollo económico positivo. Pero las protestas de hace dos años dejaron ver algunas costuras de los problemas que se han venido acentuando en el país.
Los debates de los dos candidatos de peso pesado han calentado aún más el clima electoral por su distinta manera de ver la política: en un extremo está Kast, un simpatizante del general Augusto Pinochet; mientras en el otro extremo está Boric, quien ondea la bandera de la izquierda.
“Lo que estamos viendo aquí es un debate atrapado en las trincheras de la guerra fría, del comunismo contra la extrema derecha”, dijo a Reuters, Kenneth Bunker, director de la consultora Tresquintos, quien dijo que la “virulencia y polarización” podría desanimar a algunos votantes.
Kast, un seguidor de Donald Trump
Con 55 años, José Antonio Kast es uno de los favoritos en la carrera electoral. Entre 2002 y 2018, fue diputado por la Región Metropolitana y concejal de Buin, según un resumen bibliográfico del Congreso Nacional de Chile. En 2017 obtuvo el 7,93% de los votos durante las elecciones presidenciales, su primera participación.
En la primera vuelta electoral de noviembre, el candidato chileno obtuvo el 27,9% de los votos, ganándole por dos puntos de diferencia a Boric, obteniendo así un pase directo para la segunda vuelta próxima a celebrarse este 19 de diciembre. Kast ha logrado reunir a la derecha chilena para recibir su apoyo en este nuevo proceso electoral.
Es uno de los fundadores del ultraderechista Partido Republicano de Chile -en el cual milita-, y anteriormente perteneció a la Unión Demócrata Independiente, opositora a la Concertación de Partidos por la Democracia que gobernó Chile tras el fin de la dictadura de Augusto Pinochet.
El discurso y las propuestas del abogado de profesión han sido polémicas porque prometió que, de hacerse con el control del Ejecutivo, construirá una zanja en la frontera para evitar la llegada de migrantes, al mejor estilo del expresidente de Estados Unidos, Donald Trump. También, dentro de sus promesas está retirar a Chile de la Organización de Naciones Unidas. En sus discursos se ha mostrado en contra de la adopción por parejas del mismo sexo (aprobada recientemente en el país) y el derecho al aborto.
Precisamente, Kast ha dicho que sus referentes son Donald Trump, y el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro. Del mismo modo, ha querido desmarcarse de la sombra pinochetista en la que ha estado envuelto en este proceso.
Boric, un joven de izquierda
Desde que tenía 22 años, Gabriel Boric comenzó a hacer carrera política, cuando apenas era dirigente estudiantil. Fue presidente de la Federación de Estudiantes de la Universidad de Chile cuando estudiaba leyes. En 2011 tuvo protagonismo cuando lideró las protestas estudiantiles de ese entonces para exigir mayor acceso a la educación. En 2014 fue diputado por la Región de Magallanes y Antártica Chilena.
El actual candidato presidencial tuvo participación del estallido social de 2o19 en el que firmó el “Acuerdo por la Paz Social y la Nueva Constitución”.
Boric, ahora con 35 años, busca convertirse en el joven presidente para liderar el país más estable de la región. Sus propuestas están dirigidas hacia la eliminación del “viejo modelo” político y ha dicho que aumentará los impuestos a las principales industrias, al igual que el gasto público para reformar los servicios y eliminará el sistema de pensiones privado que ha apuntalado los mercados de capitales de Chile.
“Si Chile fue la cuna del neoliberalismo, también será su tumba”, dijo en un mitin en julio luego de ganar las primarias.
El joven político ha expresado su apoyo a los gobiernos de Nicaragua y Venezuela, cuyas crisis se han acentuado y han impactado duramente en su sociedad y en su economía, que además ha desatado una ola migratoria sin precedentes. Chile ha sido por cierto uno de los principales países de acogida para la migración venezolana.
“El abogado ha prometido hacer de los derechos de agua privados en la actualidad un recurso público o común, y señala a los anteriores gobiernos izquierdistas de Chile haber rehuido”, reseña Time.
El día después de las elecciones
Reuters explica que los votantes conservadores han planteado preguntas sobre el aumento de la inmigración, y existen preocupaciones sobre la ley y el orden provocadas por las protestas en Santiago, la capital chilena, y los enfrentamientos violentos entre la policía y los grupos indígenas mapuche en el sur del país.
Quien gane la presidencia también tendrá que manejar un referéndum para aprobar o rechazar el texto de una nueva Constitución durante su primer año en el cargo. Una asamblea, dominada por representantes izquierdistas e independientes, está liderando la nueva redacción de la Carta Magna.
Infórmate minuto a minuto sobre esta y otras noticias del mundo en nuestro Facebook.