La Organización Mundial de la Salud (OIM) reveló que aproximadamente un millón de personas están muriendo cada año por cuenta de la contaminación con plomo.
Las cifras son bastante preocupantes teniendo en cuenta que el plomo es considerado como uno de los 10 principales productos tóxicos que amenazan a la salud pública en varios países del planeta; puede causar problemas crónicos como anemia, hipertensión, daños en los órganos reproductivos y problemas neurológicos irreversibles.
La OMS también explicó que uno de cada tres niños tiene niveles excesivos de plomo en la sangre, por lo que ha hecho un llamado a los gobiernos a enfrentar este complejo problema.
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) también alertó que unos 800 millones de niños, o un tercio de todos los del planeta, presentan niveles superiores a ese nivel de riesgo.
“La exposición al plomo es muy peligrosa para el desarrollo cerebral de los niños, y puede desembocar en una reducción del coeficiente de inteligencia, la atención, la habilidad de aprendizaje y determinados problemas de comportamiento”, indicó María Neira, jefa del departamento de Salud y Medio Ambiente de la OMS.
De esta forma, la Organización ha recomendado que los países identifiquen rápidamente las fuentes de esta conminación con plomo, para poder actuar con celeridad especialmente en los casos en los que se detecten niveles de este material que amenacen la vida. (más de cinco microgramos por decilitro).
Una amenaza para la salud
La OMS resaltó que la excesiva exposición al plomo pueda afectar los sistemas nervioso, reproductivo o inmunológico de las personas dejando graves consecuencias en su salud.
De esta forma, se estima que este componente puede causar un 30 % de las discapacidades intelectuales no innatas, un 4,6 % de las enfermedades cardiovasculares o un 3 % de los problemas renales crónicos en las personas.
Los expertos y autoridades han indicado que las minas de fundiciones, zonas de reciclaje de aparatos electrónicos y baterías de plomo-ácido presentes especialmente en países en desarrollo, suelen contribuir al aumento de la exposición de poblaciones al plomo.
Sin embargo, también se ha identificado que la pintura de algunas viviendas, escuelas y hospitales también han generado algunos casos de contaminación al tener plomo dentro de sus componentes.
Otras fuentes de exposición están relacionadas con el agua contaminada por tuberías con plomo, las operaciones mineras y la contaminación de personas que trabajan con industrias que utilizan este químico.
Una de las preocupaciones más importantes están relacionadas con la presencia de este químico en latas de alimentos, cosméticos, medicinas, juguetes y otros productos de consumo dentro de las poblaciones.
Finalmente, la OMS alertó que los países de bajos y medianos recursos deben mejorar sus sistemas de reciclaje y regulación el uso del plomo para evitar que la población siga expuesta a niveles de contaminación de este químico tóxico para la salud.
De hecho, debido a sus condiciones económicas las poblaciones pobres viven del reciclaje informal y la mala disposición de los residuos está provocando que estas personas estén muy expuestas a la conminación con plomo.