La fundación holandesa Trees for All será la encargada de plantar los nuevos árboles. Foto: Pixabay
En los últimos días, Ámsterdam ha anunciado un nuevo plan para salvar el medioambiente. Plantarán un árbol por cada uno de los bebés nacidos en la capital de Países Bajos. Esto funcionará como un regalo para los padres, quienes también podrán escoger entre una manta hecha con algodón orgánico y desechos plásticos reciclados del mar.
Después de 13 años de tradición, en la que el consistorio regalaba a los nuevos padres de Ámsterdam una toalla de baño para bebés, estampada con el lema de la ciudad “I Ámsterdam”; surgió una nueva iniciativa que respaldaría al medioambiente.
Como parte de una solución y propuesta para promover la sostenibilidad, ahora se plantarán árboles por cada uno de los bebés nacidos en la capital neelandesa que llegue al mundo.
La propuesta se da luego de que la alcaldesa, Femke Halsema, junto a los concejales, determinaran que la tradicional toalla para bebés no era ecológica. Por esta razón decidieron reemplazarla con una alternativa más respetuosa a nivel ambiental.
“A partir de ahora, los padres tendrán la opción de elegir entre una manta duradera o un árbol plantado en la ciudad como regalo por el nacimiento de los bebés”, anunció el ayuntamiento de Ámsterdam.
La fundación holandesa Trees for All será la encargada de plantar los nuevos árboles. Aunque aún no se han definido las zonas que se arborizarán, se estima que, preferiblemente, la plantación se haga dentro de las fronteras de la ciudad.
No obstante, los detalles del funcionamiento de esta nueva estrategia ambiental en Ámsterdam se darán a conocer en septiembre; momento en el que comenzará la puesta en marcha de los nuevos árboles por cada uno de los bebés que nazcan.
Asimismo, los padres recibirán como premio por los nuevos bebés una manta hecha de algodón orgánico y de plástico reciclado recogido del océano. Además, será producida en Europa, para evitar costos y efectos del transporte en el ambiente.
Adicionalmente, los padres recibirán una tarjeta de felicitación con semillas para poder cultivar flores en casa, y así, cuidar y supervisar el crecimiento de estas hijas de la naturaleza, tal como harán con sus pequeños.
Esta tradición de premiar a los recién nacidos no solo funciona en Ámsterdam, sino en otras ciudades de Holanda. Por ejemplo, en La Haya les regalan una cigüeña de peluche; o una prenda con la Catedral de San Martín en Utrecht.
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