El príncipe Carlos de Gales reemplazó por primera vez a la reina Isabel II en uno de los eventos más importantes de la monarquía británica con el discurso de apertura del Parlamento en Londres.
Esta es la primera vez en 59 años que la monarca no asiste a este evento debido a sus problemas de salud ya que su primera ausencia se registró 1963, cuando estaba embarazada de su hijo menor el príncipe Eduardo.
De esta forma, el heredero de la corona británica se presentó para dar este discurso ante el Parlamento, lo cual ha sido visto como una muestra clara de la transición que ya está asumiendo el príncipe Carlos debido a la avanzada edad de su madre.
Cada vez más la reina de 96 años ha estado dejando que su hijo la sustituya en esta clase de eventos, sobre todo luego de que enfermara de COVID-19, lo que en sus propias palabras la dejó mucho más débil y constantemente agotada.
Ver más: ‘Día D’: filtran el protocolo secreto que se seguiría cuando muera la reina Isabel II
Lo cierto es que este hecho ha dejado un mensaje bastante simbólico: se acerca el fin de la era de Isabel II, a pesar de que la reina se ha negado a abdicar.
El nuevo rey en la mira
La imagen del príncipe Carlos en el Parlamento ha allanado el camino que seguramente asumirá cuando suba al trono británico, lo cual ha dejado mucha preocupación sobre el verdadero estado de salud de la reina Isabel.
A pesar de que no es la primera vez que la reina se ausenta para este acontecimiento en particular, si es la primera vez que su hijo Carlos, de 73 años, toma su lugar.
En las dos ocasiones anteriores, la monarca no participó debido a sus embarazos de los príncipes Andrés (1959) y Eduardo (1963).
En esta oportunidad, el príncipe Carlos asumió funciones de Jefe de Estado, acompañado de su esposa Camila (duquesa de Cornualles) y su hijo mayor Guillermo (duque de Cambridge), quien por primera vez asistió a esta ceremonia.
Vestido con un uniforme militar y con una voz monótona y neutral, el príncipe Carlos leyó durante nueve minutos el esperado discurso ante los diputados y los lores reunidos en la cámara alta del Parlamento.
Sin embargo, como un acto de representación de Isabel fue llevada la corona imperial al Parlamento, la cual fue colocada en un cojín rojo puesto sobre una mesa como un símbolo de que la “reina sigue al mando”.
Lo cierto es que a pesar de los achaques de salud y dificultades que ha tenido para cumplir sus compromisos, la reina no está dispuesta a abdicar para cederle el trono a su hijo ya que cuando asumió la corona prometió dedicar toda su vida al servicio de su pueblo.
La soberana ha tenido que disminuir drásticamente su agenda en los últimos meses debido a problemas de salud y por recomendación médica.
Finalmente, Isabel II enfrenta los últimos años de su reinado, uno de los más importantes y el más largo de la historia del Reino Unido en medio de la celebración por los 70 años de haber ascendido al trono británico.
Infórmate minuto a minuto sobre esta y otras noticias del mundo en nuestro Facebook.