Con apenas seis semanas de vida un bebé murió tras un bautizo en una iglesia ortodoxa, en el que se sumerge a los niños tres veces en agua bendita, informó el New York Post.
El hecho ocurrió el lunes pasado, en Suceava, una ciudad de Rumania, después de que el niño fuera llevado de emergencia a un hospital desde la iglesia. Falleció en el centro de salud algunas horas después.
De acuerdo a la autopsia que le practicaron, el pequeño tenía líquido en los pulmones, por lo que las autoridades iniciaron una investigación penal del suceso.
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El medio de comunicación refiere que se inició una recolección de firmas online para pedir el cambio del rito, para evitar que tragedias de esta naturaleza continúen ocurriendo en el país, cuyo 80% de la población pertenece a la iglesia ortodoxa.
La petición de cambiar el ritual luego de que el bebé murió ya ha sumado más de 60 mil firmas, que piden expresamente que no se sumerja la cabeza de los niños en el agua, sino que se aplique un poco de agua bendita en la cabeza, como se acostumbra en los bautizos de otras religiones.
Aunque algunos clérigos están abiertos al cambio y lo ven como algo necesario para evitar que los bebés estén en peligro, otros como el Arzobispo de Tomis, citado por la BBC, tienen una posición cerrada: “Nunca cambiaremos el ritual. Los cánones de esta religión han estado vigentes durante más de 1.000 años. Por eso no cambiaremos. No nos intimidamos”.
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