A pesar de las advertencias de los expertos, miles de turistas y cariocas se tomaron las playas de Río de Janeiro en el inicio del verano austral, lo cual ha encendido las alarmas ante un incremento exponencial de contagios de COVID-19 en medio de estas grandes aglomeraciones.
El domingo de sol y las elevadas temperaturas hicieron que miles de personas acudieran a estas famosas playas de Brasil, en su gran mayoría sin máscara y sin cumplir las medidas de distanciamiento social provocando grandes aglomeraciones en Copacabana, Ipanema y Leblón.
Precisamente, Río de Janeiro es la segunda ciudad más afectada por la pandemia en Brasil al registrar 24.473 muertes y 406.820 contagios por lo que este tipo de hechos tiene preocupados a los epidemiólogos y autoridades sanitarias.
De hecho, Brasil es considerado uno de los epicentros mundiales de la pandemia al ser el segundo país con el mayor número de muertos a nivel global después de Estados Unidos, así como el tercer país con los mayores contagios tras EE.UU. e India.
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El paseo marítimo que bordea las playas también registró aglomeraciones de personas que salieron a caminar o andar de bicicleta pese a las medidas de distanciamiento social que reimplantó la alcaldía de Río de Janeiro hace una semana para hacer frente al rebrote de la pandemia.
Las autoridades también prohibieron el uso de los estacionamientos que quedan próximos a las playas para desincentivar la ida en coche y restringió el acceso a las zonas de esparcimiento, pese a que algunos especialistas recomiendan que se prohíba a las personas acudir a las arenas para actividades recreativas.
El temor de los epidemiólogos es que las aglomeraciones que se vieron en el último domingo de la primavera se repitan durante todo el verano y conviertan a las playas en “caldo de cultivo” para la expansión del COVID-19.
“Las playas son lugares abiertos que invitan a actividades al aire libre, pero las personas confunden el esparcimiento al aire libre con el completo descuido de las medidas preventivas. Eso explica las aglomeraciones que vemos en las arenas de personas sin máscara, compartiendo objetos y conversando a cortas distancias”, alertó Chrystina Barros, investigadora en salud de la Universidad Federal de Río de Janeiro.
De acuerdo con la experta, en medio de lo que parece una segunda ola de la pandemia, la llegada del verano supone un riesgo que puede convertirse en tragedia en caso de que las autoridades no impongan nuevas reglas de distanciamiento o no refuercen las medidas existentes.
“Sin una medida contundente que restrinja las aglomeraciones en las playas, infelizmente tendremos números altísimos de contagios, principalmente porque en esta época coinciden el verano, los festivos de Navidad y las vacaciones de gran parte de la población. Los números están subiendo y, sin ninguna medida, terminaremos pagando la cuenta en vidas”, concluyó.
Finalmente, los expertos han explicado que en los últimos días han venido aumentado los contagios y se ha evidenciado un aumento de la ocupación de las Unidades de Cuidados Intensivos, haciendo que hasta 273 personas tuvieran que esperar para ser transferidos a una unidad especializada para su atención.
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