Durante dos años, Andrei y Victoria Vakhrushev, una pareja rusa, amontonaron bloques de concreto en su patio para convertirlos en un atractivo turístico: una réplica de la pirámide de Guiza. La estructura tiene un peso total de 400 toneladas.
En una casa de la localidad de Istinka, en la región de Leningrado, Rusia, los ciudadanos ya tienen un pedacito del misterioso Egipto. Gracias a Andrei y Victoria Vakhrushev, la región ya cuenta con una pequeña copia de la pirámide de Guiza de 9 metros de altura. Al estar ubicada en el patio de la vivienda, los turistas no se han hecho esperar.
“Realmente trabajé para escalar las dimensiones exactas con una aproximación al centímetro y no con dos o tres centímetros de desperdicio”, explicó Andrey Vakhrushev, en una entrevista para un medio local.
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Para la construcción de la pirámide de Guiza, la pareja rusa estudió en detalle la arquitectura egipcia. Además, hicieron muchos viajes a Egipto antes de comenzar la construcción en junio de 2019.
Es tal el nivel de detalle de la obra, que también construyeron un sarcófago del mismo tamaño que el original. Está hecho de madera y lleno de arena de cuarzo.
Dentro de la pirámide de Guiza en Rusia, aún están culminando detalles. No obstante, llama la atención que la obra cuenta con el mismo grado de inclinación de la estructura original. Para la réplica manejaron una escala de 1 a 19. Así las cosas, esta nueva versión de Guiza es 19 veces más pequeña que la original.
De acuerdo con una entrevista dada por los Vakhrushev a los medios locales, el objetivo de esta copia de la pirámide de Guiza es estudiar con detenimiento “la influencia de los objetos culturales egipcios sobre el estado de las personas”.
Por ahora, la réplica ya se ha convertido en una atracción local. Los Vakhrushev cobran una tarifa de entrada de 3500 rublos por hora, equivalentes a unos 49,42 dólares.
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