El Papa Francisco anunció este domingo durante en Ángelus en la plaza de San Pedro que no participará en unos ejercicios espirituales de seis días con la curia en Ariccia, al sur de Roma, debido a un resfriado que lo viene afectando desde hace unos días.
“Les pido una oración para los ejercicios espirituales de la Curia Romana, que esta tarde comenzarán en Ariccia. Por desgracia el resfriado no me permite participar este año, seguiré desde aquí las meditaciones”, declaró el Papa de 83 años tras la oración del Ángelus, en donde se le vio toser en dos oportunidades.
Es la primera vez en sus siete años de papado que se pierde los ejercicios espirituales que inició al comienzo de su mandato para conmemorar el inicio de la Cuaresma. Estos retiros son habituales entre los jesuitas, la orden a la que pertenece el Sumo Pontífice.
En ese sentido, el Papa Francisco, que perdió parte de un pulmón por una enfermedad respiratoria cuando era joven, ha cancelado varios compromisos oficiales esta semana por este resfriado.
“No hay ninguna prueba que nos lleve a diagnosticar nada más que una leve indisposición”, subrayó este domingo el portavoz del Vaticano, al ser preguntado por los medios sobre el estado de salud del Sumo Pontífice en medio de plena epidemia del nuevo coronavirus.
Después del Ángelus, el Papa quiso expresar su preocupación por los miles de migrantes que llegaron en los últimos días a la frontera entre Grecia y Turquía.
“Estoy un poco triste por las noticias que llegan de tantas personas desplazadas, tantos hombres, mujeres, niños expulsados a causa de la guerra, tantos migrantes que piden refugio en el mundo y ayuda”, declaró el pontífice, que pidió a los fieles que recen por ellos.
El viernes, Turquía anunció que había abierto sus fronteras terrestres y marítimas para dejar pasar a los migrantes, lo que reavivó la inquietud en Europa de que se produzca una nueva ola migratoria como la que sacudió al continente en 2015.
El retiro espiritual
El Papa tenía previsto pasar seis días en Ariccia a partir de este domingo. Allí debía oficiar una misa diaria y participar en los llamados ejercicios espirituales, dirigidos por un predicador jesuita, junto a miembros de la Curia romana.
Sin embargo, el pasado jueves ya había reducido su agenda a causa de una “leve indisposición”.
El miércoles ya estaba resfriado, cuando participó en dos actos al aire libre, lo que lo llevó a cancelar su asistencia a una misa en la archibasílica de San Juan de Letrán, en Roma, al día siguiente.
El miércoles, el Papa dio la mano, como suele hacer, a decenas de fieles y besó a algunos niños en la plaza de San Pedro, durante su tradicional audiencia. Por la tarde, tomó parte en una procesión, a pie, hacia la basílica de Santa Sabina, sede histórica de los dominicanos.
Pero, tras ello, renunció durante tres días a sus “audiencias” oficiales en el palacio apostólico y se quedó en la residencia de Santa Marta, en el Vaticano, donde reside.
Sin embargo, continuó celebrando la misa matinal y recibiendo a los visitantes, como al jefe de la Iglesia greco-católica de Ucrania, Sviatoslav Shevchuk, con quien se reunió el sábado.
El estado de salud del Papa Francisco ha generado preocupación en la Iglesia y los fieles debido a que el coronavirus se viene propagando en el mundo y ha coincidido con la alarma generalizada en Italia en donde ha infectado a más de 1.100 personas, la mayoría en el norte de Italia.