El Palacio de Buckingham confirmó que la reina Isabel II murió a sus 96 años tras presentar problemas de salud en el castillo de Balmoral en Escocia.
De esta forma, la Casa Real Británica activó el plan conocido como ‘London Bridge is down’ (El puente de Londres ha caído), el cual contempla todo el protocolo que se llevará a cabo tras confirmar la muerte de la monarca británica.
Tras estar 70 años en el trono, Isabel II se convirtió en la figura con uno de los reinados más largos de mundo en el que se ganó la admiración y cariño de su pueblo.
La salud de la reina se vino deteriorando en los últimos años debido a su avanzada edad, lo cual le generó problemas para movilizarse que la obligaron a reducir su agenda y apariciones públicas por recomendación médica.
Sin embargo, el 8 de septiembre el mundo se despertó con la noticia de que el estado de salud de Isabel II era bastante “preocupante” luego de que sus médicos la revisaran en el castillo de Balmoral en Escocia.
“Tras una nueva evaluación esta mañana, los médicos de la reina están preocupados por la salud de su majestad y han recomendado que permanezca bajo vigilancia médica”, indicó el Palacio de Buckingham.
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Con el paso de las horas el mundo siguió expectante de la salud de la soberana británica mientras se esperaba la confirmación de lo inevitable: la reina había fallecido.
La muerte de Isabel II sin duda es uno de los hechos más importantes de este siglo ya que la reina fue protagonista y testigo de los acontecimientos que han marcado la historia de su país y del planeta.
De esta forma, el mundo será testigo de uno de los eventos más significativos con un funeral que estará enmarcado por la historia y que generará varios días de luto.
Los últimos años de la Reina
La pandemia del COVID-19, la crisis política de su país, los escándalos de la Familia Real, la muerte de su esposo, Felipe de Edimburgo en 2021 y el deterioro de su salud marcaron los últimos años de la reina Isabel II en el trono.
La monarca de 96 años siempre contó con una gran aceptación de los británicos a pesar de las polémicas de su familia.
En junio pasado el Reino Unido celebró por todo lo alto el Jubileo de Platino, que conmemora el 70º aniversario de la llegada al trono de Isabel II, en momentos en que cada vez más estaba delegando sus funciones oficiales a su hijo heredero, el príncipe Carlos.
La soberana apareció muy poco en esta celebración debido a que sus médicos le habían recomendado limitar al máximo su agenda debido a su estado de salud.
En ese sentido, la última aparición oficial de la monarca se registró el martes 6 de septiembre cuando recibió al entonces primer ministro dimisionario Boris Johnson y a su sucesora Liz Truss, a la que encargó formar gobierno como nueva líder de la mayoría parlamentaria.
Sin embargo, el Palacio de Buckingham compartió unas fotografías del encuentro en el Castillo de Balmoral en Escocia, pero muchos quedaron inquietados por el aspecto de la reina ya que sus manos tenían una apariencia amoratada.
“Todo el país estará profundamente preocupado por las noticias del Palacio de Buckingham este mediodía. Mis pensamientos -y los de todos en el Reino Unido- están con su majestad la reina y su familia”, confirmó la primera ministra británica.
De hecho, por primera vez en su largo reinado, Isabel II había decidido quedarse en Escocia en vez de regresar al Castillo de Windsor, a las afueras de Londres, en donde había decidido vivir definitivamente hasta el día de su muerte.
Finalmente, los británicos y el mundo despiden a Isabel II tras haber tenido uno de los reinados más largos de la historia, pero especialmente a una de las monarcas que fue testigo de los acontecimientos más importantes del último siglo.
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