La variante ómicron ha despertado una gran incertidumbre a medida en que se ha venido propagando por los países del mundo, lo cual ha provocado una avalancha de medidas de los gobiernos tratando de evitar su rápida transmisión.
Más de 30 países han reportado los primeros casos lo cual ha evidenciado que esta variante ha venido circulando mucho antes de lo que se pensaba a pesar de que todavía no se ha reportado la primera muerte con esta nueva mutación.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció que esta variante tiene una alta probabilidad de extenderse por el mundo, aunque todavía se desconocen muchos aspectos sobre su peligrosidad y transmisibilidad.
Desde que Sudáfrica informó su aparición, más de 30 países de los cinco continentes detectaron casos, en su mayoría importados, pero Estados Unidos y Australia ya registraron las primeras infecciones locales.
Ante este escenario, las autoridades han venido retomando algunas medidas sanitarias exigiendo pruebas de detección a los viajeros, el uso de mascarillas y cerrando las fronteras aéreas con países del sur de África.
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En medio de esta gran incertidumbre, la OMS reconoció que establecer el impacto de esta nueva variante podría tomar varias semanas, ya que es crucial establecer su capacidad para transmitirse, el grado de enfermedad que puede provocar y si tiene la capacidad de evadir la inmunidad y eficacia de las vacunas.
“La gran pregunta tiene que ver con las vacunas y nos llevará más tiempo entender el impacto en ellas. Esta variante tiene una cantidad importante de mutaciones, algunas las conocemos porque aparecieron también en otras variantes, así que tenemos algunas pistas de que podríamos tener una reducción en la eficacia de las vacunas”, indicó María Van Kherkove, expertas de la OMS.
De acuerdo con la funcionaria, es fundamental que los gobiernos empiecen a tomar medidas agresivas en este momento para impedir que esta variante se transmita a una gran velocidad, para la cual es crucial avanzar con las vacunaciones, fomentar el uso de las mascarillas y evitar las aglomeraciones en espacios cerrados.
Un mayor riesgo de infección
Los análisis preliminares evidenciaron que la variante ómicron tendría una mayor capacidad de transmisión debido a sus múltiples mutaciones.
Uno de los estudios realizados en Sudáfrica estableció que el riesgo de volver a contraer el COVID-19 es tres veces mayor con ómicron que con las variante Beta y Delta.
Los hallazgos son preliminares y todavía no han pasado por la revisión científica. Además, no se ha establecido la tasa de reinfección que tendría esta variante respecto a otras mutaciones tan dominantes como Delta.
Sin embargo, el pico de reinfección que registra Sudáfrica revelaría que la inmunidad natural no sería suficiente para enfrentar a ómicron.
“La infección previa solía proteger contra la variante Delta y ahora con la ómicron no parece ser el caso. Sin embargo, creemos que las vacunas todavía protegen contra la enfermedad severa”, indicó Anne von Gottberg de la Universidad de Witwatersrand.
Estos resultados también han generado temor ante la posibilidad de que la variante ómicron tenga una mayor resistencia a las vacunas, para lo cual las farmacéuticas ya han empezado a realizar sus propias investigaciones para identificar esto y adaptar sus fármacos.
El profesor de medicina en la Universidad de East Anglia, Paul Hunter, reconoció que los análisis permiten pensar que esta variante tiene la capacidad de evadir la inmunidad natural e inducida por las vacunas en un grado significativo.
De esta forma, la comunidad científica y las farmacéuticas han reconocido preliminarmente este escenario y por eso vienen realizando investigaciones para entender el comportamiento que tendría esta variante y su impacto en la pandemia.
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Una de las mayores preocupaciones se originan porque 32 de las 50 mutaciones halladas en la cepa ómicron se encuentran en la proteína de la espícula (Spike), una parte del virus que las vacunas usan para reforzar el sistema inmunitario contra el COVID-19.
Estas características harían que esta nueva variante tenga la capacidad de evadir la inmunidad generada con el contagio y las vacunas, ya que sería mucho más contagiosa que otras mutaciones dominantes en la actualidad como Delta.
Ante este escenario, farmacéuticas como Moderna, Pfizer, AstraZeneca, Novavax y Johnson & Johnson (J&J) ya están trabajando en nueva versiones de sus vacunas adaptadas para enfrentar a ómicron anticipándose a este posible escenario.
La aparición de ómicron ya ha empezado a cambiar las expectativas que se tenían de poder tener controlada la pandemia durante 2022 a partir del avance de las vacunaciones; por eso el mundo está viviendo un nuevo escenario de incertidumbre sobre los efectos directos que tendrá esta variante a pocos días de cumplir dos años desde la aparición del virus del COVID-19.
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