La rápida propagación que viene teniendo la variante ómicron del COVID-19 ha vuelto a encender las alarmas en el mundo luego de que se registraran cifras de contagios nunca antes vistas durante dos años de pandemia.
La aparición de ómicron llegó justo en el momento en el que el planeta se preparaba para celebrar las festividades de Navidad y Año Nuevo en medio de la expectativa por el avance de las vacunaciones y la reducción de las infecciones.
Sin embargo, los expertos habían mostrado su preocupación por el efecto que podría tener estas celebraciones en el comportamiento de la pandemia, por lo que en la primera semana de 2022 se ha podido comprobar.
Los contagios de COVID-19 volvieron a dispararse en el mundo con un millón de casos en 24 horas en Estados Unidos, más de 270.000 en Francia y más de 200.000 en Reino Unido, amenazando el funcionamiento de la sanidad y otros sectores clave.
Un escenario similar se viene presentando en algunos países de Europa y América que han venido registrando un incremento de casos positivos luego de varios meses.
Aunque las cifras pueden tener un rezago por cuenta de las festividades, los expertos han asegurado que el aumento exponencial de los casos es indudable y se viene presentando ante la relajación de las medidas de autocuidado y el gran nivel de transmisibilidad de ómicron.
Lo cierto es que el golpe de esta variante del COVID-19 no ha provocado un aumento exponencial de las muertes y hospitalizaciones en UCI, pero los servicios médicos ya empiezan a registrar una saturación en su atención ante la llegada masiva de pacientes, especialmente de personas no vacunadas, con síntomas fuertes del virus.
Una nueva ola propiciada por ómicron
La Organización Mundial de la Salud (OMS) había advertido el riesgo potencial que tenía la variante ómicron y reconoció que se estaba propagando a un ritmo exponencial que nunca se había visto con otra variante del COVID-19 en el mundo.
Esta nueva ola de contagios inició a finales de 2021 y las múltiples mutaciones de la variante ómicron que generan un gran nivel de transmisibilidad sería la causa de las cifras récord de contagios que se están registrando en decenas de países en el mundo.
En medio de este complejo escenario, la preocupación está reflejada en la respuesta que podría tener los sistemas sanitarios para atender estos casos en materia hospitalaria debido a que, preliminarmente, las cifras evidencian que esta variante no estaría provocando un enfermedad tan grave que requiera una atención en UCI como al inicio de la pandemia.
De esta forma, los servicios médicos podrían presentar graves saturaciones en la atención de urgencias y hospitalizaciones, así como generar una escasez del personal sanitario para atender esta demanda como ya se viene presentando en algunos hospitales en EE.UU., Reino Unido, entre otros países
El avance de las vacunaciones también estaría ayudando a que millones de personas no enfermen gravemente por COVID-19 y el número de personas que acuden a los hospitales generalmente está representado por aquellos que no han sido inmunizados.
Finalmente, el mundo trata de contener estos contagios y los expertos ya han advertido que hay que aprender a coexistir con esta nueva variante, la cual también podría significar el fin de la pandemia pero esto solo se podrá determinar con el paso de los meses.
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