La Organización Mundial de la Salud (OMS) reconoció que la variante ómicron se está propagando a un ritmo que no se había visto con ninguna otra variante del COVID-19 en el mundo.
“Probablemente ya está en la mayoría de los países, incluso en los que aún no ha sido detectada y se está expandiendo a un ritmo que no habíamos visto en ninguna de las cepas anteriores”, indicó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS.
De acuerdo con la organización, ómicron ha sido detectada en más de 77 países pero es probable que esté circulando en todo el mundo; por lo que esto ha generado preocupación en momentos en que gran parte de las sociedades han bajado la guardia ante el virus.
“La gente está considerando que la variante ómicron está asociada a casos menos graves, pero ya hemos aprendido antes que subestimar este virus es peligroso. Incluso si la ómicron causa menos casos graves, un fuerte aumento de los contagios puede nuevamente colapsar sistemas sanitarios no suficientemente preparados”, alertó Tedros.
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La aparición de esta nueva variante ha generado mucha incertidumbre en el mundo ante la posibilidad de que pueda evadir la inmunidad adquirida con el contagio o inducida por las vacunas debido a que cuenta con numerosas mutaciones que preliminarmente la hacen más transmisible.
La OMS también advirtió que la propagación de esta nueva variante del COVID-19 es tan rápida que podría convertirse en dominante en varios países de Europa a finales de diciembre o principios de enero.
Precisamente, el hecho de que ómicron esté circulando en plena época decembrina ha generado preocupación ya que las familias y amigos se reúnen a celebrar en estas festividades y este tipo de interacciones podrían incidir en el comportamiento de la variante.
“Tenemos un virus más transmisible del que no conocemos muy claramente su evolución clínica…podríamos situarnos en una posición muy peligrosa”, indicó Bruce Aylward, consejero del jefe de la OMS.
Delta cede ante ómicron
Una evidencia que confirma el avance que ha tenido ómicron es que por primera vez el número de casos de la variante Delta, dominante en el mundo, empezaron a bajar mientras los contagios con ómicron siguen en ascenso y ya se han registrado brotes de transmisión comunitaria.
El informe de la OMS reseña que las actuales evidencias parecen indicar que la variante ómicron tiene ventajas evolutivas sobre Delta a la hora de transmitirse y lo está haciendo más rápido de lo que se pensaba.
De esta forma, esta variante podría evadir la efectividad de las vacunas contra la infección y la transmisión. Además, también podría aumentar el riesgo de reinfección de las personas que ya se contagiaron y superaron la enfermedad.
Los estudios preliminares han evidenciado que esta variante reduce la protección contra la reinfección de cuatro de las principales vacunas que se vienen utilizando en el mundo fabricadas por Pfizer-BioNTech, Moderna, AstraZeneca y Johnson & Johnson seguirían brindando una óptima protección frente a las formas graves de la enfermedad.
Precisamente, un estudio realizado en Sudáfrica evidenció que la vacuna de Pfizer pierde parte de su eficacia frente a la variante ómicron y solo protege en un 70% a las personas con casos graves.
Frente a las vacunas, la OMS y algunas autoridades han mostrado su preocupación ya que en decenas de países ya se han empezado a aplicar terceras dosis de refuerzo aún cuando varias naciones, especialmente pobres, no han alcanzado un buen porcentaje de población inmunizada.
De hecho, algunas estimaciones dan cuenta que África solo alcanzaría la meta de vacunar al 70% de su población hasta el año 2024, lo cual evidencia la gran desigualdad que ha tenido este continente a la hora de recibir las vacunas.
“Seré claro: la OMS no está contra las dosis de refuerzo. Estamos contra la injusticia. Es una cuestión de jerarquización de las prioridades (…) Dar dosis de refuerzo a grupos con poco riesgo de enfermedad grave o muerte pone en peligro la vida de los que corren un riesgo elevado que están esperando sus primeras dosis”, insistió la organización.
Finalmente, la aparición de ómicron ha cambiado las expectativas que se tenía de poder tener controlada la pandemia del COVID-19en el corto plazo a partir del avance de las vacunaciones; por lo que el mundo está viviendo un nuevo escenario de incertidumbre sobre los efectos directos que podría tener esta variante.
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