La farmacéutica AstraZeneca, en conjunto con la Universidad de Oxford, revelaron que su vacuna demostró tener una eficacia del 70 % en promedio contra el COVID-19 pero podría llegar a más del 90 % con unos cambios en la dosificación.
“Estos hallazgos muestran que tenemos una vacuna eficaz que salvará muchas vidas. Es emocionante que uno de nuestros regímenes de dosificación tenga una eficacia de alrededor del 90%”, indicó Andrew Pollard, investigador principal de Oxford para este ensayo clínico.
De acuerdo con los resultados preliminares, la protección contra el COVID-19 se registró luego de hacer una primera vacunación con media dosis para posteriormente realizar una segunda vacunación con una dosis completa un mes después, obteniendo una efectividad del 90 %.
“Creemos que al dar una primera dosis más pequeña estamos preparando el sistema inmunológico de manera diferente, lo estamos preparando mejor para responder al COVID-19”, explicó Pascal Soriot, director ejecutivo de AstraZeneca.
Asimismo, durante los ensayos de esta vacuna contra el COVID-19 no se han registrado eventos de seguridad ni efectos secundarios graves y demostró tener una alta respuesta inmune en todos los grupos poblacionales.
La compañía explicó que presentará ante las entidades regulatorias, así como a la Organización Mundial de la Salud (OMS), los resultados de estos ensayos clínicos con el objetivo de tener una autorización de uso condicional o anticipado.
Los investigadores de Oxford informaron el pasado 19 de noviembre que la segunda fase de pruebas clínicas demostró que su vacuna es segura, con pocos efectos secundarios, en personas sanas incluso de más de 70 años, y provocaba una respuesta inmune en todos los grupos de edad, tanto con una dosis baja como estándar.
La compañía también resaltó que espera tener una capacidad de producción de forma continua de hasta 3.000 millones de dosis de la vacuna durante el 2021, a la espera de la aprobación regulatoria de las autoridades.
Además, una de las ventajas de esta vacuna contra el COVID-19 es que se puede almacenar, transportar y manipular en condiciones normales de refrigeración (2-8 grados Celsius) durante al menos seis meses y administrarse dentro de los entornos de atención médica existentes.
La tercera vacuna
AstraZeneca es la tercera compañía farmacéutica que revela resultados de la última etapa de ensayos de su posible vacuna contra el COVID-19 mientras el mundo espera ansiosamente vacunas que pongan fin a la pandemia que ha matado a casi 1,4 millones de personas.
Estos anuncios se suman a los que realizaron las farmacéuticas Pfizer y Moderna que revelaron los resultados preliminares de la última etapa de sus pruebas clínicas, que muestran que sus vacunas contra el COVID-19 tuvieron casi un 95% de efectividad.
A diferencia de las vacunas Pfizer y Moderna, la de Oxford-AstraZeneca no tiene que almacenarse a temperaturas extremadamente frías, lo que podría facilitar su distribución, especialmente en los países en desarrollo.
Sin embargo, las tres vacunas deberán ser aprobadas por las autoridades reguladoras antes de que puedan distribuirse ampliamente.
“La vacuna Oxford se puede almacenar en el refrigerador, a diferencia del congelador como las otras dos vacunas, lo que significa que es una solución más práctica para su uso en todo el mundo”, opinó Peter Horby, profesor de Enfermedades Infecciosas Emergentes y Salud Global en Oxford.
Los resultados de estas vacunas se reportan cuando muchos países sufren una segunda oleada de casos de COVID-19, obligando nuevamente a cerrar negocios, restringiendo la interacción social y golpeando la economía mundial.
El profesor de medicina experimental del Imperial College de Londres, Peter Openshaw, resaltó que el hallazgo de que una dosis inicial más pequeña es más efectiva que una más grande es una buena noticia porque puede reducir los costos y significar que más personas puedan vacunarse.
“El informe de que una media dosis inicial es mejor que una dosis completa parece contradictorio porque pensamos en las vacunas como medicamentos normales: con los medicamentos, esperamos que dosis más altas tengan mayores efectos y más efectos secundarios, pero el sistema inmunológico no funciona así”, indicó Openshaw.
Los resultados reportados provienen de ensayos clínicos de fase 3 realizados en el Reino Unido y Brasil en los que participaron 23.000 personas. Además, también se están llevando a cabo ensayos de última fase en Estados Unidos, Japón, Rusia, Sudáfrica, Kenia y América Latina, y se planean ensayos adicionales para otros países europeos y asiáticos.
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