La Universidad de Oxford reveló que la vacuna contra el coronavirus, que viene desarrollando en conjunto con la farmacéutica AstraZeneca, ha provocado una fuerte respuesta inmune en los adultos desde 56 años y mayores de 70 años.
Los investigadores destacaron, en una publicación en la revista The Lancet, que estos grupos poblacionales son los más vulnerables al contagio y muerte por COVID-19, por lo que estos resultados sobre la inmunidad son una buena noticia en medio de los ensayos clínicos que se vienen realizando con esta vacuna.
De acuerdo con el estudio, esta vacuna genera una respuesta de las células T (capaces de encontrar y atacar células infectadas por el virus) a los catorce días de la primera dosis, y una respuesta de anticuerpos a los 28 días de la dosis de refuerzo, los cuales atacarían al virus cuando circulase por la sangre o sistema linfático.
El médico y científico del Oxford Vaccine Group, Maheshi Ramasamy, resaltó que estos resultados son prometedores porque esta vacuna no solo genera esta fuerte inmunidad en adultos mayores sino también en las poblaciones más jóvenes.
“Los adultos mayores son un grupo prioritario para la vacunación COVID-19 porque tienen un mayor riesgo de enfermedad grave, pero sabemos que tienden a tener peores respuestas a la vacuna. Nos complació ver que nuestra vacuna no solo fue bien tolerada en adultos mayores; también estimuló respuestas inmunes similares a las observadas en los más jóvenes”, indicó Ramasamy.
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Los investigadores de Oxford indicaron que durante el ensayo de Fase 2, la vacuna se evaluó en 560 voluntarios adultos sanos con edades comprendidas entre 18-55 años, 56-69 años y 70 años o más.
Además, estas personas recibieron una segunda dosis de la vacuna o un placebo y se pudo identificar que no provocó graves efectos adversos en estos voluntarios de los ensayos clínicos.
De esta forma, los resultados de los estudios ratifican los datos obtenidos durante la fase 1 de pruebas frente a la inmunidad obtenida con esta vacuna entre personas de 18 y 55 años.
“Los datos informados son particularmente prometedores, ya que muestran que las personas mayores en este estudio, que son más propensas a enfermedades graves y muerte por COVID-19, están mostrando una respuesta inmunitaria similar a los adultos más jóvenes”, resaltaron los investigadores.
Adultos mayores, uno de los retos
La científica y experta en enfermedades infecciosas de la Universidad de Oxford, Angela Minassian, resaltó que uno de los grandes objetivos en el desarrollo de la vacuna fue lograr que generara una fuerte respuesta inmune en los adultos mayores.
Además, era menos probable que la vacuna causara reacciones locales en el lugar de la inyección y síntomas el día de la vacunación en los adultos mayores que en el grupo más joven, lo que demuestra que la evaluación de la eficacia de la vacuna está justificada en todos los grupos de edad.
“Demostrar que la tecnología de esta vacuna es capaz de inducir estas respuestas, en el grupo de edad con mayor riesgo de enfermedad COVID-19 grave, ofrece la esperanza de que la eficacia de la vacuna sea similar en adultos jóvenes y mayores”, indicó Minassian.
Los autores señalan que los efectos secundarios de esta vacuna fueron “leves” como dolor por la inyección, fatiga, dolor de cabeza, fiebre o dolor muscular, los cuales son tratables y más comunes.
Los investigadores explicaron que los efectos secundarios fueron incluso menos comunes en los adultos mayores que en los más jóvenes, y la respuesta inmune fue “similar” en todos los grupos de edad tras la dosis de refuerzo.
Finalmente, la Universidad de Oxford indicó que los ensayos de fase III de la vacuna seguirán en curso y se espera tener resultados antes de finalizar este año.
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