El planeta cumplió un año desde que aparecieron los primeros casos de COVID-19 que originaron la pandemia, pero los expertos y autoridades sanitarias han encendido las alarmas debido a que otras enfermedades se han descuidado y el uso intensivo de antibióticos para combatir el coronavirus puede hacer a otras bacterias más resistentes.
Este sería el caso de la ‘Supergonorrea’ que estaría en aumento y podría hacerse más resistente a los antibióticos y medicamentos mientras el mundo se concentra en controlar y superar el COVID-19.
Así lo reveló un informe el diario The Sun en el que reseña un pronunciamiento de un portavoz de la OMS sobre las Enfermedades de Transmisión Sexual al asegurar que una super cepa de la gonorrea ha encontrado el entorno ideal para propagarse.
“El uso excesivo de antibióticos en la comunidad puede impulsar la aparición de resistencia a los antimicrobianos en la gonorrea. La azitromicina, un antibiótico común para tratar infecciones respiratorias, se usó para el tratamiento de COVID-19 al principio de la epidemia”, explicó el portavoz de la OMS al diario The Sun.
La gonorrea es la segunda infección de transmisión sexual (ITS) causada por bacterias más frecuente en todo el mundo y puede provocar infecciones en los genitales, el recto y la garganta.
El portavoz de la OMS también aseguró que en medio de la pandemia se los servicios para la atención de enfermedades de transmisión sexual han sido interrumpidos y por eso los casos se han dejado de diagnosticar y muchas personas recurren a la automedicación para combatir la enfermedad.
“Esta situación puede impulsar la aparición de resistencia en la gonorrea, incluida la superbacteria de la gonorrea (supergonorrea) o la gonorrea con un alto nivel de resistencia a los antibióticos actuales recomendados para tratarla. Las cepas resistentes en la gonorrea continúan siendo un desafío crítico para los esfuerzos de prevención y control de las ITS”, destacó la OMS.
Se estima que en el mundo se presentan más de 90 millones de casos de gonorrea anualmente pero estas cifras vienen presentando un incremento en los últimos años ya que para 2020 esta enfermedad afectaba a unas 27 millones de personas.
Un escenario preocupante
Precisamente, los Centros para el Control y Prevención de Enfermedades de EE.UU. ha venido haciendo un seguimiento a la resistencia de la gonorrea a los antibióticos ante la capacidad de esta enfermedad de adaptarse a estos fármacos.
Este escenario conllevaría a que las bacterias ya no mueren por un medicamento con las que se combatía y por lo tanto estarían quedando libres para seguir multiplicándose.
“La gonorrea ha desarrollado resistencia a casi todos los antibióticos utilizados para su tratamiento. Esta es una amenaza urgente para la salud pública porque el control de la gonorrea en los Estados Unidos depende en gran medida de nuestra capacidad para tratar con éxito la infección”, resaltó los CDC.
De esta forma, la preocupación es que el personal médico y las personas estarían recetando y automedicando antibióticos muchas veces sin necesitarlo y esto tendría unas consecuencias a la hora de combatir otras enfermedades.
La OMS ya había alertado sobre esta resistencia en noviembre al asegurar que se ha identificado un aumento de casos y una resistencia de la gonorrea a medicamentos como penicilinas, sulfonamidas, tetraciclinas, quinolonas y macrólidos, entre otros.
“Esta resistencia se debe a varios factores, entre ellos el acceso sin restricciones a los antimicrobianos, la elección incorrecta y el uso excesivo de antibióticos y la mala calidad de estos. Además, las mutaciones genéticas en el gonococo han contribuido al aumento de la farmacorresistencia”, resaltó la OMS.
Las consecuencias
La OMS indicó que el incremento y resistencia de enfermedades de transmisión sexual como la gonorrea puede tener varias consecuencias en la salud reproductiva de las personas, así como el bienestar de las madres y los neonatos.
En ese sentido, se teme que este escenario conlleve a una mayor transmisión del VIH, la cual se podría quintuplicar; así como un aumento de la esterilidad, de los abortos en los primeros meses de gestación y de una muerte materna.
Sin embargo, la mayor preocupación es que la ‘supergonorrea’ podría provocar graves infecciones oftálmicas en los recién nacidos causándoles una ceguera.
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