La pandemia ha puesto en evidencia la fragilidad humana ante la enfermedad, pero también ha servido para mostrar que simples actos de afecto pueden ser cruciales para que los pacientes con COVID-19 puedan luchar por sus vidas y superar estos difíciles momentos que atraviesa el mundo.
Así lo demostró la enfermera Lidiane Melo que decidió desarrollar una técnica para brindar apoyo y afecto a los pacientes con COVID-19 en Brasil, en medio del duro momento de enfermedad que deben enfrentar en completa soledad.
“Dios me dio sabiduría, puso esta técnica de atar guantes con agua caliente en mi mente y funcionó. Humanizamos el tratamiento de otro paciente con COVID-19”, indicó Lidiane a la cadena CNN.
La enfermera de un hospital en Río de Janeiro explicó que la idea surgió luego de que no pudiera medir la saturación de oxígeno de un paciente porque su mano estaba demasiado fría, por lo que creyó que utilizando dos guantes con agua tibia atados alrededor de su mano podría funcionar.
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Posted by Lidiane Melo on Sunday, March 14, 2021
De hecho, su idea claramente funcionó pero poco después una anciana que iba a ser intubada por la gravedad de su enfermedad le pidió que la tomara de la mano para sentir un apoyo en ese difícil momento por lo que recordó su técnica y también decidió utilizarla para brindarle consuelo.
“Hice este guante con agua caliente para mejorar la perfusión de mi paciente y ver mejor la saturación, y espero que ella sienta que tiene a alguien con ella tomando su mano”, indicó Lidiane en una publicación en Facebook.
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En ese sentido, las enfermeras vienen utilizando dos guantes quirúrgicos llenos de agua tibia para colocarlos en las manos de los pacientes simulando como si otra persona estuviera al lado sosteniéndole la mano y brindándole apoyo en el difícil momento de lucha contra la enfermedad.
La particular técnica ha sido denominada por muchos como la “Mano de Dios” debido a que se ha convertido en un ayuda física y espiritual para cientos de pacientes con COVID-19 que son ingresados a un hospital y que pierden completamente contacto con sus familiares y seres queridos con la incertidumbre de no volver a verlos.
De esta forma, la “Mano de Dios” es para muchos un símbolo de esperanza para miles de personas que han resultado contagiadas en Brasil, país que enfrenta la etapa más difícil de la pandemia con miles de muertes y contagios diarios que han llevado al colapso a los servicios sanitarios.
Al conocer sobre esta técnica, el director general de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Tedros Adhanom, envió un mensaje de agradecimiento a todo el personal de salud que ha enfrentado la pandemia y por encontrar simples formas para dar una muestra de consuelo a los pacientes con COVID-19.
“No hay palabras que puedan expresar mi admiración por los trabajadores de salud en la primera línea de esta pandemia y las increíbles formas que están encontrando para consolar a sus pacientes. ¡Hay tanto que debemos aprender de usted y hacer para ayudarlo y protegerlo!”, indicó Adhanom a través de su cuenta de Twitter.
Precisamente, la carga emocional que ha generado la atención del COVID-19 en el personal sanitario y las familias que pierden a una persona por la enfermedad, han despertado la preocupación de decenas de sectores ya que muchas veces requieren de atención médica para superar estos fuertes episodios.
La imagen del guante con agua caliente se ha viralizado en las redes sociales y ha dejado muchas reflexiones sobre cómo el virus del COVID-19 ha obligado a muchos pacientes a enfrentar a la enfermedad aislados y lejos de sus seres queridos, en donde muchos han tenido que partir de este mundo sin despedirse y recibir ese último abrazo o palabras de aliento.
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