La Autoridad Europea de Seguridad Alimentaria (EFSA) dio una aprobación preliminar al consumo humano del gusano de harina seco, abriendo así el camino para la comercialización de insectos comestibles en los países que conforman el bloque.
La medida adoptada es el paso preliminar necesario antes que los funcionarios puedan decidir si permitirán que las larvas secas del escarabajo Tenebrio molitor se vendan a los consumidores en Europa.
El fallo fue adoptado al completarse la primera evaluación de riesgos por parte de la agencia, que busca aprobar un sector que potencialmente podría proporcionar una fuente sostenible de proteínas a la población.
El consumo de insectos (entomofagia) ya se practica en muchos países de todo el mundo, pero principalmente ha estado ligado culturalmente en países de Asia, África y América Latina.
El oficial científico de la unidad NUTRI de la EFSA, Ermolaos Ververis, señaló que el fallo podría allanar el camino para la primera aprobación del consumo de insectos en toda la Unión Europea.
“La evaluación de riesgos es un paso decisivo y necesario en la regulación de nuevos alimentos, al ayudar a los responsables políticos de la UE a tomar decisiones basadas en la ciencia y garantizar la seguridad de los consumidores”, señaló Ververis.
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En ese sentido, los expertos de la EFSA verificaron que los gusanos de la harina -la larva de Tenebrio molitor- eran seguros para el consumo humano, “ya sea como un insecto seco entero o en forma de polvo”, a raíz de un pedido de registro de la empresa francesa de cría de insectos Micronutris.
“Sus componentes principales son proteínas, grasas y fibra”, apuntó la entidad, al advertir que es necesario realizar más investigaciones sobre las posibles reacciones alérgicas a los insectos.
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La industria de cultivo de insectos en Europa acogió con satisfacción la decisión por lo que esperan que las autoridades otorguen un permiso para que los gusanos secos se comercialicen para el consumo a mediados de este año.
“La publicación de este documento representa un hito importante hacia la comercialización más amplia de insectos comestibles en la UE”, apuntó Antoine Hubert, presidente de la Plataforma Internacional de Insectos para Alimentos y Piensos.
Precisamente, la EFSA también está adelantando otros estudios similares para establecer la seguridad del consumo de otro tipo de gusanos, grillos y saltamontes.
De esta forma, la aclamada dieta mediterránea y la gastronomía francesa ahora tendrán que enfrentar el posible auge que podría tener los platos con insectos o alimentos derivados con este tipo de animales.
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La Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) ha defendido el consumo de insectos por ser un alimento bajo en grasa y alto en proteína para las personas, las mascotas y el ganado; resaltando que se trata de una fuente de alimento sostenible con el medio ambiente y que ayuda a enfrentar el hambre en varios países en el mundo.
“Los insectos son una fuente importante y fácilmente accesible de alimentos nutritivos y ricos en proteínas que se encuentra en los bosques. Se calcula que los insectos forman parte de las dietas tradicionales de al menos 2.000 millones de personas en el mundo”, según estableció un estudio de la FAO.
De acuerdo con la organización, los insectos más consumidos a nivel mundial son los escarabajos (31%), orugas (18 %), abejas, avispas y hormigas (14 %), y saltamontes, langostas y grillos (13 %). Además, se ha identificado que muchos insectos son ricos en proteínas y grasas buenas y tienen un elevado contenido en calcio, hierro y zinc.
La FAO también ha destacado la oportunidad que representa la recolección y cría de insectos para el consumo humano ya que puede ser una fuente sostenible de alimentos y generar empleos e ingresos en efectivo a nivel familiar pero potencialmente a nivel industrial.
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