El precio del petróleo intermedio de Texas (WTI) abrió este lunes con un desplome del 38,59 %, hasta los 11,22 dólares el barril, su nivel más bajo desde 1998; ante el recorte de la demanda provocado por la pandemia de COVID-19 y la proximidad del vencimiento de los contratos.
A las 9.15 hora local de Nueva York (13.15 GMT), los contratos futuros del WTI para entrega en mayo, que expiran mañana, restaban 7,05 dólares respecto a la sesión del viernes, ahondando en la tendencia bajista de las negociaciones previas a la apertura del mercado y encaminados a registrar el peor día de la historia para el crudo de referencia en EE.UU.
En el caso de los contratos con vencimiento en junio, en los que el volumen de negociación es mayor, la caída era en torno al 11 % y el precio se situaba en 22,29 dólares.
Según los analistas, el desplome se debe al temor por la falta de capacidad en EE.UU. para almacenar crudo en medio del abismal recorte en la demanda provocado por el parón en la actividad económica mundial por el coronavirus.
“La destrucción intradía del WTI de hoy es épica en escala y muestra la gran inestabilidad de los contratos de mayo de 2020 ante su expiración de mañana y los miedos a que el almacenamiento no se pueda materializar”, expresó la analista Louise Dickson, de la firma Rystad Energy.
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Con el precio del barril de Brent situado en unos 27 dólares, los analistas de esa firma, no obstante, invitan a observar la diferencia WTI-Brent tomando en cuenta los precios de los contratos de junio del WTI ya que los futuros de referencia en Europa cambian de mes antes que los estadounidenses, explican.
El mercado sigue volátil a pesar de que la OPEP y sus socios acordaron a principios de abril reducir su producción en 9,7 millones de barriles diarios para compensar ese recorte de la demanda ligado al COVID-19, que los inversores no parecen creer que sea suficiente.
“El mundo está usando cada vez menos y menos petróleo, y los productores ven cómo ello se refleja en los precios” afirma el analista Bjornar Tonhaugen, de Rystad Energy.
Además la crisis se agravó después de que Arabia Saudita, miembro de la OPEP, lanzara una guerra de precios con Rusia; que no es miembro de esta organización.
Los dos países pusieron punto final a la disputa a principios de este mes aceptando, junto con otros Estados, reducir la producción en casi 10 millones de barriles diarios para impulsar los mercados afectados por el virus.
Pero los precios siguieron cayendo. Los analistas estiman que los recortes no bastan para compensar la caída masiva de la demanda.
“Los precios del crudo siguieron bajo presión. Aunque la OPEP ha aceptado una reducción sin precedentes de la producción, el mercado está inundado de petróleo”, añadió el banco ANZ;
El banco también teme que “las instalaciones de almacenamiento en Estados Unidos se estén quedando sin capacidad”.
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