El rápido avance que ha tenido la variante ómicron en el mundo ha llevado a que varios países hayan retomado algunas medidas para enfrentar esta mutación, que preliminarmente ha demostrado ser muy transmisible.
Varios países de Europa vienen enfrentando un crecimiento exponencial de los contagios en cuestión de semanas y la llegada de las fiestas de Fin de Año ha encendido las alarmas ante la posibilidad de que esta mutación del COVID-19 vuelva a saturar los servicios sanitarios.
Precisamente, la aparición de ómicron se registra justo cuando el mundo veía con gran expectativa la posibilidad de retomar las celebraciones de Navidad ante el avance que han tenido las vacunaciones, pero esta variante puede haber cambiado los planes.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) reveló que la nueva variante ha sido detectada en más de 90 países y los casos relacionados con esta mutación se están duplicando entre 1,5 y tres días en lugares con contagios comunitarios, no solamente por infecciones adquiridas en el extranjero.
Esta característica de la variante ha facilitado que se convierta en la cepa dominante del virus y haya superado a Delta en el número de contagios. Sin embargo, la gravedad de los casos y el número de muertes ha demostrado ser más bajo que con otras variantes.
“Un evento cancelado es mejor que una vida cancelada. Es mejor cancelar ahora y celebrar más tarde, que celebrar ahora y llorar más tarde. Ninguno de nosotros quiere volver a estar aquí dentro de 12 meses, hablando de oportunidades perdidas, desigualdad continua o nuevas variantes”, indicó Tedros Adhanom Ghebreyesus, director de la OMS.
Ante este escenario, los países han retomado algunas medidas como exigir el uso de mascarillas en lugares públicos e implementar cuarentenas y aislamientos para las personas contagiadas.
Europa bajo amenaza
España y Alemania han sido algunos de los países europeos que han registrado un récord de casos relacionados con la variante del COVID-19 y vienen registrado unos 50.000 contagios diarios en promedio.
En el caso de Alemania, las autoridades han informado que habrán nuevas restricciones a partir del próximo 28 de diciembre, en las que establecerán límites en las reuniones privadas a 10 personas y el cierre de bares y discotecas.
Del mismo modo, este país ha decretado un confinamiento obligatorio a las personas que no se hayan vacunado y que viajen de países considerados “zonas de riesgo”, entre los que se encuentra Francia.
Por su parte, las autoridades de España estudian la posibilidad de reducir el aforo en lugares cerrados, aplicar un toque de queda en la vida nocturna y limitar de igual manera a 10 personas las reuniones familiares y sociales.
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Francia e Italia también evalúan qué medidas concretas tomar para contener la ola de contagios. Sin embargo, el Gobierno galo prohibió los vuelos que sean desde o hacia Reino Unido por el incremento de casos que hay en el territorio británico y solo podrán viajar quienes tengan motivos urgentes.
Las autoridades del Reino Unido igualmente han reportado un índice alto de contagios. La administración de Boris Johnson ha pedido a su población que sea cuidadosa durante las fiestas de Navidad y Año Nuevo pero de momento no ha puesto restricciones.
Países Bajos ha sido menos flexible en este contexto y ha ordenado el confinamiento estricto hasta mediados de enero, mientras se evalúa el avance que tiene esta variante en el país.
Los bares y discotecas en Finlandia, Portugal y Suecia comenzarán la próxima semana a tener horarios específicos para la atención al público, y el Gobierno portugués ha dicho que establecerán de nuevo el teletrabajo.
Por su parte, Portugal Italia, Grecia e Irlanda están exigiendo a los viajeros que entren a sus territorios presentar una prueba negativa de COVID-19.
América en alerta
El continente americano ve con preocupación lo que ocurre en Europa y en África, este último continente en donde se originó la variante ómicron, por lo que ha comenzado a tomar decisiones para proteger a sus habitantes.
La Organización Panamericana de la Salud (OPS) confirmó que ómicron ya está circulando en nueve países de América: Estados Unidos, Canadá, México, Argentina, Chile, Brasil, Trinidad y Tobago, Cuba y Bermuda. A principios de esta semana, Colombia reportó sus primeros tres casos de contagio.
El gerente de Incidente para COVID-19 de la OPS, Sylvain Aldighieri, explicó que es muy temprano para hacer una medición del impacto que puede tener en la región.
Argentina ha ordenado a las personas que hayan llegado de África permanecer en una cuarentena de 14 días continuos y las autoridades solicitarán una prueba PCR realizada 72 horas antes de su ingreso al país. Los viajeros también deberán realizarse una prueba antígeno al llegar a este país.
Desde el 1 de diciembre, Chile realizará el cierre de sus fronteras a extranjeros no residentes que hayan estado las dos últimas semanas, previas a su viaje, en Sudáfrica, Zimbabwe, Namibia, Botsuana, Lesoto, Eswatini y Mozambique.
Para sus residentes, el gobierno chileno ha pedido que al momento de entrar las personas se realicen una prueba PCR y hacer una cuarentena de siete días, aunque la prueba haya dado negativa.
Mientras tanto Ecuador y Guatemala han restringido los vuelos de personas procedentes del sur de África. La decisión ha sido igual en Paraguay.
El gobierno de Panamá anunciará próximamente qué medida tomará, pero evalúa la posibilidad de que exija cuarenta obligatoria a los viajeros de los países sudafricanos, según una publicación de CNN en español.
Estados Unidos, Colombia y Venezuela han pedido a sus ciudadanos tener conciencia durante las festividades de diciembre, pero no se descarta que anuncien algunas medidas restrictivas para proteger a la población durante las celebraciones Año Nuevo.
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