El físico y Premio Nobel de Química, Michael Levitt, aseguró que el impacto generado por el confinamiento en los países del mundo podría ser mucho mayor que el daño que se hubiera evitado con el COVID-19.
Así lo aseguró el profesor de la Universidad de Stanford en una entrevista a la BBC en donde cuestionó las medidas de cuarentena y aislamiento restrictivas que fueron tomadas por algunos países en el mundo.
“Los líderes pareciera que entraron en pánico incluso más que la población. Estoy seguro de que el confinamiento pudo haber salvado vidas en el corto plazo; pero el daño económico costará vidas”, aseguró Levitt.
De acuerdo con el científico, la muerte de las personas por el coronavirus “es una tragedia”, pero aseguró que los países tenían que evaluar y discutir mejor las medidas para hacer un balance sobre su impacto.
“Cuando la gripe viene en el invierno, nosotros no paramos todo; no implementamos un confinamiento por la gripe. Y si no nos confinamos por la gripe ¿por qué nos confinamos por el coronavirus?”, aseguró.
Unas medidas drásticas
El científico reconoció en la entrevista a la BBC que sus palabras generan polémica y que no quiere ser “irrespetuoso” con el dolor que viven las personas que han perdido familiares por el COVID-19.
Sin embargo, aseguró que el estricto confinamiento puede ser efectivo pero es una medida “medieval”; utilizada hace décadas cuando no se entendía y conocía lo suficiente sobre un virus o enfermedad.
“Las investigaciones han mostrado que cuando se fuerza a la gente a quedarse junta probablemente causará una tasa más alta de infecciones”, aseguró Levvit, al resaltar que en ese escenario el estricto confinamiento puede ser el más “peligroso”.
Las cifras
El Nobel de Química viene analizando los patrones de comportamiento de la pandemia en varios países del mundo y aseguró que la cantidad de muertos por el COVID-19 es similar a la que se produce en una temporada de fuerte gripe.
“Obviamente no hay muerte que sea buena, cada muerte es una tragedia terrible para la familia; pero 400 muertes por millón de personas es muy típico de lo que una mala temporada de gripe provoca”, señaló Levvit.
De acuerdo con el científico, el número de personas que están muriendo por influenza y de COVID-19 son las mismas que fallecerían normalmente en el mundo.
En el caso del coronavirus, la mayoría de muertes se han presentado en personas mayores de 85 años y en una proporción del 10 % en los menores de 65 años.
“Básicamente yo diría que todos sabemos que las personas mayores tendrán una probabilidad más alta de morir. En un día promedio mueren 150.000 personas en todo el planeta. Y esas personas en su mayoría no mueren por una guerra o por hambre; mueren por vejez, y ese es un número grande”, indicó.
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En ese sentido, el profesor reconoció que todos queremos que las personas duren por mucho tiempo y nadie desea perder a un familiar; pero aseguró que esa es la naturaleza de la vida.
“Yo tengo 73 años y tengo una probabilidad más alta de morir que mi nieto. Y eso es muy bueno porque quiero que mi nieto viva. Nosotros, las personas mayores, tenemos una probabilidad más alta de morir que los jóvenes; esa es la naturaleza de las cosas”, resaltó.
Finalmente, el biólogo se mostró preocupado por el impacto que tiene los confinamientos en la economía y los efectos directos en la población.
“No sabemos cuánto daño ha causado el confinamiento a la economía mundial a la sociedad. Sé que muchos países que están saliendo del confinamiento han visto un aumento grande en la tasa de suicidios y de violencia doméstica; quizás hay un incremento en los divorcios”, reflexionó.
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