La comunidad médica ha mostrado su preocupación por los efectos que está dejando el coronavirus en la población ya que se ha establecido que una de cada diez personas contagiadas por el COVID-19 está presentando síntomas doce semanas después de haber superado la infección.
Así lo reveló un informe sobre el denominado ‘COVID largo’ que fue presentado por el Observatorio Europeo de Sistemas y Políticas de Salud en el que se explica que una cuarta parte de los enfermos continúa teniendo síntomas un mes después, una condición que incluye desde dolor muscular y en el pecho, fatiga, problemas de respiración y secuelas mentales.
Ante este escenario, la Organización Mundial de la Salud (OMS) ha pedido considerar el denominado ‘COVID largo’ o persistente como una prioridad para las autoridades sanitarias de los países.
El informe reseña que la probabilidad de padecer ‘COVID largo’ no parece estar asociada con la severidad de la infección inicial y algunos grupos están aparentemente más dispuestos a sufrirla, como los trabajadores sanitarios, los jóvenes y las mujeres.
“Se trata de una enfermedad que puede tener un impacto enorme en la vida de la gente. Muchos son incapaces de volver a trabajar o tener una vida social, muchos han descrito cómo afecta a su salud mental, sobre todo porque su evolución varía a menudo”, señaló Martin McKee, uno de los autores del informe.
La OMS destacó la necesidad de un enfoque multidisciplinar para evaluar y gestionar este tipo de secuelas del COVID-19 para desarrollar nuevos tratamientos, fomentar la investigación e impulsar medidas destinadas a proteger los derechos laborales y sociales de los trabajadores afectados.
“Quienes padecen COVID persistente necesitan ser escuchados si queremos entender las consecuencias a largo plazo y la recuperación de la COVID-19. Es una clara prioridad para la OMS y de la máxima importancia. Debería serlo para cada autoridad sanitaria”, señaló Hans Kluge, director de OMS-Europa.
Precisamente, la responsable del equipo clínico a cargo de la respuesta al coronavirus de la OMS, Janet Diaz, resaltó hace unas semanas que es urgente que la comunidad científica le preste atención a los efectos del ‘COVID largo’ que presentan millones de personas en el mundo.
“No sabemos aún verdaderamente qué es el COVID largo”, indicó Díaz, quien pidió un esfuerzo unificado a escala mundial para entender las consecuencias que puede tener esto en las personas contagiadas.
Los científicos han empezado a realizar investigaciones para poder entender por qué algunos enfermos de COVID-19 muestran luego de varios meses síntomas como un cansancio extremo, dificultades respiratorias o problemas neurológicos y cardíacos a veces graves.
En ese sentido, las secuelas que está dejando el COVID-19, especialmente en la población joven, han encendido las alarmas de los expertos ya que aún no se ha podido determinar por qué se viene presentando este efecto y las consecuencias en la salud de las personas.
Las nuevas mutaciones y su efecto en las vacunas
La OMS volvió a mostrar su preocupación por las nuevas mutaciones del coronavirus aparecidas en los últimos meses, como la surgida en el Reino Unido y Sudáfrica, las cuales han evidenciado que tienen una mayor capacidad de contagio y supone también mayores tasas de hospitalización.
La responsable de Emergencias de la OMS, Catherine Smallwood, explicó que la denominada variante británica se ha propagado ya a la mitad de los estados miembros de la región europea y sigue creciendo.
“La mejor estrategia para mitigar la aparición de nuevas variantes y controlarlas es eliminar la transmisión del virus. Cuanto más podamos suprimir la transmisión, menos probable será que surjan nuevas y será más fácil responder a los nuevos casos”, afirmó Smallwood, al reconocer que las mutaciones obligan a repensar las estrategias para obtener una mejor respuesta.
La OMS alertó también contra la creencia de que las vacunas son una “fórmula mágica”, sino que son “una herramienta más en una caja de herramientas”, según indicó Siddhartha Datta, uno de los expertos de la OMS.
Esa misma idea reiteró McKee, quien criticó a quienes defienden una amplia reapertura de las economías y las sociedades una vez que los grupos de riesgo hayan sido vacunados.
“Los virus solo mutan cuando se replican, y ya hemos visto que los lugares donde han aparecido nuevas mutaciones son los que tienen alta transmisión comunitaria, no Nueva Zelanda, Vietnam o Australia”, afirmó McKee, quien denunció que “muchos” países europeos no están dedicando los esfuerzos necesarios para secuenciar las muestras aunque tienen los recursos para hacerlo.
En ese sentido, se espera que la comunidad científica empiece a recabar información para empezar a entender por qué este virus está generando efectos a largo plazo, a pesar de haber superado la enfermedad, y las consecuencias que esto podría tener en la salud de la población.
Asimismo, las farmacéuticas ya han empezado a desarrollar vacunas adaptadas a las nuevas variantes para responder a un posible escenario en el que las primeros biológicos pierdan efectividad.
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