El mundo podría estar a muy poco de enfrentar una crisis de hambruna y desnutrición a escala mundial por causa de la pandemia de COVID-19.
Las medidas de confinamiento aplicadas globalmente para evitar contagios han traído desempleo, recesión y hambre.
El Programa Mundial de Alimentos de la ONU, advirtió que el hambre amenaza con afectar al doble de personas vulnerables debido a las repercusiones económicas de la crisis.
Y es que aún cuando la pandemia no era un problema, 821 millones de personas ya se acostaban sin comer en el mundo; y 150 millones de niños presentaban retraso de crecimiento por esta misma causa.
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Desnutrición causada por la pandemia en América Latina
América Digital habló sobre esta situación con Luz Ángela Artunduaga, Especialista en Supervivencia y Desarrollo Infantil de UNICEF Colombia; quien explicó cuáles son las primeras consecuencias alimentarias que se empezarán a vivir por causa del COVID-19.
“La principal consecuencia alimentaria es una reducción de la disponibilidad de alimentos (…) Esto debido fundamentalmente, porque muchas de las poblaciones más vulnerables justamente son las que están vinculadas a un trabajo muy informal”, comentó Artunduaga.
La experta indica que países como Bolivia, Haití y Ecuador con altos índices previos de desnutrición entre la población, son los que se verán más afectadas.
“Aquellos países que tienen unas altas tendencias o prevalencias de desnutrición, van a tender a presentar un aumento progresivo de desnutrición”, manifestó Artunduaga.
En el caso de América Latina y el Caribe, 39,3 millones de personas viven subalimentadas en la región y las cifras han estado en preocupante aumento consecutivo desde hace 3 años. De acuerdo con proyecciones de la ONU, se cree que el COVID-19 sume otras 130 millones de personas a la lista de hambruna a finales de 2020.
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