El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) y Save The Children alertaron que unos 16 millones de niños vivirán en la pobreza cuando termine 2020; en caso de que no se adopten medidas urgentes para la debacle económica por el coronavirus en América Latina.
Este escenario representa un incremento del 22% frente a la cifra que había el año pasado (unos 72 millones). Además, supondría que casi la mitad de los niños de la región (46%) formarán parte de hogares que sobreviven con escasos recursos; indicaron estas organizaciones.
“Este abrumador aumento devolvería a América Latina y el Caribe a niveles similares a los de hace casi 10 años. Además, revertiría significativamente los avances en la lucha contra la pobreza infantil registrados durante el siglo XXI”, indicó Mónica Rubio; asesora de políticas sociales de Unicef para la región.
Los niños de América Latina sufrirán los efectos económicos más severos de la epidemia; por detrás de algunos países europeos y de Asia Central; según el estudio basado en proyecciones del Banco Mundial y el Fondo Monetario Internacional.
Además, la crisis generada por la pandemia ampliará aún más la brecha existente entre los niños de familias pobres y ricas; lamentaron la Unicef y Save The Children.
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La CEPAL dijo que, como consecuencia de la pandemia, América Latina experimentará la peor contracción económica desde 1930, de 5,3%.
América del Sur verá crecer en casi 30% los niños que vivirán en hogares pobres, cerca de 11 millones más que el año pasado.
En el Caribe el incremento alcanzará UN 19% (1 millón más); mientras que en América Central y México podría ubicarse en torno al 13% con unos 4 millones de niños adicionales en esta condición.
Unicef y Save The Children exhortaron a que se amplíen “rápidamente y a gran escala” los programas de protección social, incluidas las ayudas en efectivo, los comedores escolares y cualquier otro beneficio que alcance a los niños.
Además urgieron a sentar las bases para que los países de América Latina afronten futuras crisis a un menor costo social.
Una pérdida inmediata de ingresos significa que las familias de América Latina tienen menos posibilidades de acceder a alimentación suficiente, atención médica o educación para sus hijos, según ambos entes.
A más largo plazo, crecen los riesgos de que los niños sean sometidos a trabajo infantil y sufran violencia o problemas de salud mental.
“¿Permitiremos que los niños paguen la factura de la COVID-19?”, se preguntó Rubio. “Cada vez está más claro que las consecuencias de esta privación económica en los niños pueden ser duraderas o incluso irreversibles”.
En ese sentido, la Unicef y Save The Children han emitido esta alerta ya que más niños vivirán en la pobreza en América Latina en caso de que las autoridades no tomen medidas para mitigar el impacto de la pandemia en la economía.
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