Los inmigrantes que opten por la residencia permanente en EE.UU., busquen cambiar su estatus o aspiren a un visado estarán sujetos a partir de este lunes al escrutinio del Gobierno de Donald Trump para determinar si usa o puede llegar a requerir en el futuro de los beneficios públicos para subsistir.
La denominada norma de “carga pública” empieza a aplicarse desde este lunes después de dos fallos del Tribunal Supremo que dieron marcha atrás a sendas decisiones de cortes de los estados de Nueva York, California, Washington, Illinois y Maryland que bloqueaban su entrada en vigor en octubre pasado.
La polémica reglamentación, sin embargo, tiene pendiente varias demandas en contra.
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¿QUIÉN ES UNA CARGA PÚBLICA?
Según Catalina Sol, directora ejecutiva de la Clínica del Pueblo, la “carga pública” es una prueba que se aplica a quienes soliciten residencia permanente, también llamada “green card”.
“Es una regla muy antigua, tiene más de 100 años y su objetivo es asegurarse que uno no se va a convertir en una carga para el Estado”, detalló.
¿CUÁL ES EL PRINCIPAL CAMBIO?
“Ahora lo que cambia es qué se considera para determinar si uno se va a convertir en una carga”, agregó.
Principalmente, la norma aumenta la lista de beneficios públicos que las autoridades tendrán en consideración.
Ver más: ¿En qué consiste la regla de carga pública y por qué podría ser un motivo para negar la residencia?
No obstante, la experta aclara que la norma no debe afectar a los solicitantes, ya que para optar a la mayoría de programas de beneficios públicos federales se requiere que la persona lleve cinco años como residente permanente.
“Nosotros entendemos que esta es una regla nueva diseñada realmente para asustar a las personas que sí son elegibles para que se desenrolen de los programas y que no sigan participando en ellos, aunque tienen derecho a ellos”, sostuvo.
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¿QUÉ BENEFICIOS CUENTAN Y CUÁLES NO?
Sol explicó a Efe que anteriormente se evaluaba si “la persona había recibido principalmente asistencia financiera de parte del Estado”.
Esto incluía subvenciones en efectivo y si la persona había permanecido durante cierto tiempo en instituciones de salud por problemas médicos.
Con la nueva norma también se considerará:
– El programa de asistencia nutricional, ciertas ayudas a la vivienda, la de salud, (excepto para menores de 21 años y mujeres embarazadas y hasta 60 días después del parto) y ayudas financieras en efectivo.
¿CUÁLES SON LOS BENEFICIOS EXCLUIDOS?
– Seguro médico para niños, programas de nutrición para mujeres y niños, de educación, capacitación laboral, ciertas subvenciones a la vivienda, servicios de cuidado de niños, asistencia energética para familias de bajos ingresos, la ayuda de emergencia para catástrofes, el cuidado infantil temporal y ayuda para la adopción.
¿QUIÉNES NO SON AFECTADOS POR ESTA NORMA?
– Refugiados.
– Solicitantes de asilo.
– Personas amparadas bajo la Ley de Ajuste de Estatus para Cubanos.
– Personas amparados bajo la Ley de Ajuste de Estatus para nicaragüenses y Ayuda para Centroamérica (NACARA).
– Personas amparadas bajo la Ley de Equidad para Refugiados haitianos (HRIFA).
– Solicitantes y poseedores de una visado T (víctimas de trata).
– Solicitantes y poseedores de visado U (víctimas de actos criminales).
– Estatus de Protección Temporal (TPS, en inglés), entre otros.
Fuente: Servicio de Ciudadanía e Inmigración (USCIS).
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POSIBLES CONSECUENCIAS
Catalina Sol advirtió de que hay inmigrantes que ya cuentan con la ciudadanía que han expresado su temor a que se les pueda retirar si acceden a beneficios públicos y que hay residentes permanentes que temen que les afecte al solicitar la nacionalidad.
“Ninguna de esas cosas son ciertas”, puntualizó Sol, pero lanzó una advertencia a largo plazo: “Uno de cada cuatro niños en este país tiene un papá o mamá inmigrante” que pueden desvincularlos de programas de comida o de atención a la salud.
“Esa es toda una generación que podría quedar desprovista de cosas básicas que se necesitan para su calidad de vida: alimentación, vivienda, salud”, afirmó.