Corea del Sur registró este sábado su mayor número de contagios desde el inicio de la epidemia, cuya propagación mundial llevó a la Organización Mundial de la Salud (OMS) a aumentar al máximo su nivel de alerta ante este virus que ya afecta negativamente a la economía.
La epidemia, que ya causó más de 2.900 muertos y más de 85.000 contagios –de los cuales 2.838 fallecimientos y 79.285 infecciones en China– hundió el viernes los mercados financieros hasta uno de sus niveles más bajos desde la crisis de 2008-2009.
Corea del Sur, el segundo país más afectado después de China, registró el sábado 813 nuevos casos, el mayor incremento en un día, elevando el balance total a 3.150 contagios, de los que 16 fallecieron.
Además, los responsables sanitarios de este país anunciaron un primer caso de reinfección, es decir, una mujer de 73 años que ya estuvo enferma, sanó y ha vuelto a dar positivo en los controles.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) subió a nivel “muy elevado” la amenaza del nuevo coronavirus e instó a los países que todavía no se han visto afectados a prepararse para la llegada del COVID-19 (el nombre de la enfermedad provocada por el virus), porque asumir que uno está protegido sería un “error fatal”.
La lista de países que informan de sus primeros contagios no cesa de crecer.
Después de Brasil, un segundo país de América Latina detectó un caso el viernes, México, con tres primeros casos de coronavirus en personas que habían viajado recientemente a Italia.
En Nigeria, un italiano que llegó a Lagos proveniente de Milán dio positivo, convirtiendo a este país en el primero en África subsahariana con el nuevo coronavirus. Otros dos países del continente africano, Egipto y Argelia, ya habían anunciado casos.
“Transparencia ejemplar”
En China, donde apareció el nuevo coronavirus en diciembre, el número de contaminaciones seguía disminuyendo, sobre todo gracias a las medidas de aislamiento de más de 50 millones de personas.
Otros países se están convirtiendo sin embargo en fuentes de propagación de la epidemia, empezando por Corea del Sur, Irán e Italia.
En Irán, la radio BBC Persian, que cita fuentes médicas, informó de al menos 210 personas muertas, muchas más que las cifras oficiales, que dan cuenta de 34 muertos y 388 casos de contagio.
El portavoz del ministerio de Sanidad iraní, Kianuche Jahanpur, negó que los datos de BBC Persian fueran ciertos y destacó “la transparencia ejemplar de Irán en la publicación de informaciones sobre el coranvirus.
Arabia Saudita, que ya había suspendido la entrada de peregrinos que viajaban a La Meca, prohibió a los ciudadanos de los países del Consejo de Cooperación del Golfo (CCG) entrar a sus ciudades santas (La Meca y Medina).
En Italia, la COVID-19 ya contagió a casi 900 personas, de las que murieron 21.
Para frenar la epidemia, Italia tomó medidas drásticas, como el cierre de las escuelas, la suspensión de eventos deportivos y culturales y el aislamiento de 11 localidades del norte del país.
Entre los últimos eventos que se vieron afectados por la epidemia figuran cinco partidos de fútbol de la primera división, entre ellos el duelo estrella entre Juventus e Inter de Milán, que fueron aplazados al 13 de mayo.
“Que no cunda el pánico”
En Estados Unidos, se confirmaron cuatro casos de contagio de COVID-19 cuyo origen todavía no se ha establecido.
Según el presidente estadounidense Donald Trump hay 62 pacientes infectados pero ningún muerto. “La prensa está histérica”, dijo, y añadió que unas 35.000 personas mueren de gripe cada año en su país.
Washington decidió posponer una cumbre con la Asociación de Naciones del Sudeste Asiático (ASEAN), prevista en marzo en Las Vegas.
En Nueva York, el secretario general de la ONU, Antonio Guterres, afirmó que no es “el momento de que cunda el pánico sino de prepararse plenamente”.
A medida que el virus se propaga, la actividad económica mundial va perdiendo fuelle.
La actividad del sector manufacturero en China cayó a un mínimo histórico en febrero.
En América Latina, los expertos consideran que la epidemia tendrá un impacto en la economía regional.
Grandes economías como Brasil, Argentina y Chile tienen en el gigante asiático a su principal socio comercial. Ya sea de carne, granos o cobre, China se abastece con productores latinoamericanos. A su vez, muchas cadenas de producción locales dependen de componentes chinos.
A nivel médico, hay sin embargo un dato positivo: de las más de 85.000 personas infectadas, 36.500 ya se han curado, según un recuento realizado por la Universidad Johns Hopkins, que recopila datos de la OMS y de las autoridades sanitarias de cada país.