Las autoridades australianas cerraron este sábado la famosa playa de Sídney, Bondi, en un intento por contener la epidemia en ese país que ya infectó a más de 700 personas.
Bañistas, surfistas y turistas tuvieron que abandonar el lugar.
La policía acordonó las entradas a la playa y también prohibió la entrada en otras de la ciudad.
La medida temporal se produjo después que se difundieran fotos en varias redes sociales mostrando nutridos grupos de jóvenes en la playa.
Las reuniones de más de 500 personas están prohibidas en esa nación.
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“Esto no es algo que estamos haciendo porque nos divierte, se trata de salvar vidas”, dijo a los reporteros el responsable de la policía en el estado de Nueva Gales del Sur, David Elliott.
El Gobierno del estado de Nueva Gales del Sur advirtió que si la población no respeta las normas y las regulaciones, esta decisión se extenderá a otros sitios.
“Algunas de las fotos que he visto de esa playa, con decenas de familias utilizando duchas y cuartos de baño comunales van en contra de todo lo que implica este virus”, señaló Elliott visiblemente indignado en declaraciones televisadas.
Hasta el momento se han detectado 791 casos de personas infectadas; el estado de Nueva Gales del Sur es el territorio con más incidencia, con 353 casos, de los cuales han muerto seis, de un total de siete fallecidos por el coronavirus en todo el país.
El Gobierno australiano anunció el pasado jueves el cierre de sus fronteras a todos los extranjeros, a excepción de aquellos que tengan la ciudadanía, residencia o sean familiares cercanos de estos,