Aumenta tensión en Europa con AstraZeneca y la ONU rechaza desigualdad con las vacunas

La demora de varias semanas en las entregas de la vacuna desarrollada por AstraZeneca ha encendido las alarmas y ha generado tensión en los países de Europa; mientras la Organización de las Naciones Unidas (ONU) rechazó el acaparamiento y desigualdad en la distribución de las dosis.

El mundo viene endureciendo las medidas para contener el virus en un escenario en el que se está aumentando fuertemente el costo económico de la pandemia.

Además, la aceleración de las campañas de vacunación para contener aL virus, que ya se ha cobrado la vida de 2,2 millones de personas e infectado a más de 100 millones, es una preocupación global ante los problemas de distribución y los retrasos en la inmunización.

Los esfuerzos de la Unión Europea en ese sentido se vieron afectados por un anuncio de la firma británico-sueca AstraZeneca de que solo podría suministrar una cuarta parte de las dosis que había prometido para el primer trimestre de 2021.

La Unión Europea exigió que el fabricante de medicamentos cumpla con sus compromisos suministrando dosis desde sus fábricas en el Reino Unido, pero Gran Bretaña insiste en que debe recibir todas las vacunas que ordenó y simplemente no hay suficientes dosis para todos.

Asimismo, la comisión de vacunas de Alemania resolvió que no podía recomendar la vacuna de AstraZeneca para las personas mayores de 65 años, ya que no contaba con datos suficientes para evaluar su eficacia.

AstraZeneca y el primer ministro británico, Boris Johnson, respondieron de inmediato afirmando que esa vacuna ya se ha utilizado ampliamente en Gran Bretaña en personas mayores.

La controversia tuvo lugar en momentos en que la Agencia Europea de Medicamentos se presta a anunciar si autoriza la vacuna de AstraZeneca para su uso en el bloque europeo, tras autorizar las de Pfizer y Moderna.

Además, este problema no solo es de AstraZeneca ya que el fabricante de vacunas Pfizer también tiene problemas de oferta debido a una modernización de la producción en una planta en Bélgica.

Lo cierto es que la mayoría de los países de Europa, excepto Reino Unido, vienen enfrentando demoras en las entregas de dosis y retrasos en las vacunaciones, haciendo que las proyecciones de inmunizaciones sean revisadas a la baja.

El portavoz de la Comisión, Eric Mamer, explicó que la divulgación del contrato mostrará que el acuerdo firmado incluye las fábricas de AstraZeneca en el Reino Unido y que “estas plantas contribuirán al esfuerzo (…) para entregar dosis a la Unión Europea”.

Por su parte, el director general de la AstraZeneca, Pascal Soriot, había argumentado que los retrasos en el programa de entregas de vacunas a la UE se deben a problemas en una planta situada en territorio europeo (en Bélgica).

La UE reaccionó enérgicamente alegando que el contrato no estipula que la producción de las plantas en el Reino Unido esté reservada solo a ese país y por ello el laboratorio debería utilizar esa producción para cumplir sus compromisos en toda Europa.

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En ese sentido, los retrasos en las entregas de las vacunas ha encendido las alarmas de varios países evidenciando que el reto logístico y de producción será uno de los mayores obstáculos para avanzar rápidamente en las campañas de inmunización.

El jefe para Europa de la Organización Mundial de la Salud (OMS), Hans Kluge, aseguró que la demora en la entrega de vacunas es un problema grave e hizo un llamado a la solidaridad internacional, la cual es la única vía para enfrentar la pandemia.

Lo que ha generado preocupación es que este problema ha llevado a la Comisión Europea (CE) a crear un mecanismo de emergencia que le permitirá controlar y, eventualmente bloquear, las exportaciones a terceros países de las vacunas producidas en territorio comunitario.

Pfizer, que desarrolló su vacuna junto a la empresa alemana BioNTech, también se ha enfrentado a críticas de la UE por retrasos en las entregas, pero ahora ha revisado su objetivo de producción para este año de 1.300 millones de dosis a 2.000 millones. Además, firmó un acuerdo preliminar con el gigante farmacéutico suizo Novartis para aumentar la producción.

En otro impulso a los esfuerzos de vacunación, el primer ministro indio, Narendra Modi, dijo que su país suministrará más vacunas de fabricación local a otros países.

India, el mayor fabricante de vacunas del mundo, se ha embarcado en una suerte de diplomacia de las vacunas. El Serum Institute de ese país ha donado millones de dosis a sus vecinos.

Sin embargo, la Organización de las Naciones Unidas (ONU) lamentó la desigualdad que se está presentando con la distribución de los inmunizantes entre países ricos y pobres.

“La ciencia está teniendo éxito, pero la solidaridad está fallando. Las vacunas están llegando a un puñado de países rápidamente, mientras que los países más pobres no tienen ninguna”, indicó Antonio Guterres, secretario general de la ONU.

El 70% de las dosis administradas actualmente han sido en los países ricos (Europa, EE.UU y países del Golfo) y ningún programa de vacunación masiva ha comenzado en un país pobre.

En ese sentido, la ONU reconoció que los Gobiernos “tienen la responsabilidad de proteger a sus poblaciones, pero el COVID-19 no puede derrotarse de país en país” ya que si se deja que el virus siga expandiéndose sin control en los Estados en vías de desarrollo mutará, se hará más resistente y volverá a golpear incluso a los más avanzados.