Jean Claude Van Damme fue una de las estrellas de acción más importantes de los 80 y 90 y el ídolo de varias generaciones de mujeres que lo consideraban un ícono, pero su carrera se estancó y salieron a relucir excesos con abuso de sustancias y mala actitud, que lo llevarían al olvido, hasta que el ‘dios que resucita estrellas’, Netflix, le dio empleo nuevamente.
Así lo detalló El País en un perfil del artista donde narra cómo fue de un flacucho con lentes cuyo papá se sentía avergonzado de él, hasta ser una estrella con unos músculos que le hicieron ganar millones en muchas de las películas más taquilleras de acción de los 90.
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Al principio, Jean Claude Van Damme era un entrenador de gimnasio tratando de lograr el sueño en Hollywood: repartió pizzas, limpió alfombras, y acampaba a las afueras de la casa de Sylvester Stallone para ver si podía conocerlo.
Su ambición rindió frutos cuando comenzó a aparecer en pequeñas películas y pronto capitalizó el hambre del mundo en esa época por héroes musculosos que siempre tenían un final feliz.
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Por supuesto, su bien dotada retaguardia era uno de los ganchos de sus películas, y pronto comenzó a hacer millones. Sin embargo, con el dinero llegó el consumo de sustancias ilícitas y, según él mismo dijo, al pedir un sueldo equiparable al actor mejor pagado de esos años, los estudios lo pusieron en una lista negra y no volvió a trabajar.
Más tarde fue diagnosticado con trastorno bipolar, volvió con su esposa, y reunió los pedazos de su carrera para seguir haciendo trabajos pequeños, anuncios y parodias de sí mismo, que finalmente le abrieron el camino a otro tipo de papeles, alejados del prototipo de sex-symbol que él ayudó a popularizar.
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En 2019, Jean Claude Van Damme volvió al cine como protagonista de ‘We Die Young’, en donde interpreta a un veterano de guerra con estrés postraumático. Con 60 años, sigue trabajando, teniendo un cuerpo fabuloso y continúa viviendo conforme a sus películas: el protagonista siempre gana al final.
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