Con un pronóstico muy poco alentador, los padres del pequeño Matías , Clara y Carlos Melnik, confirmaron lo peor cuando su hijo tenía apenas un año y medio de vida: la bolita que crecía en su cabeza era un tumor neuroectodérmico primitivo, un tipo de cáncer poco frecuente pero muy maligno.
La corta edad del pequeño lo hacía aún más vulnerable, sumado a los muy pocos antecedentes que había en Argentina sobre ese tipo de enfermedad, reseñó La Nación.
El tratamiento debía comenzarse de inmediato para poder salvarle la vida y requeriría de quimioterapia, radioterapia y operación para tratar de que el niño pudiera superar este cáncer.
A pesar de esto, los doctores le advirtieron a los padres que las secuelas eran inevitables porque existía una gran probabilidad de que falleciera en el proceso o que quedaran lesiones a nivel neurológico.
Además, había que darle tiempo para saber la evolución del cáncer y si la enfermedad se había extendido por el cerebro del niño.
El tratamiento comenzó y unos meses después lo sometieron a la operación. El proceso duró más de 16 horas en el quirófano.
La rápida reacción de Matías ya daba un testimonio prometedor porque apenas le pasó el efecto de la anestesia ya respiraba por sí solo y al estar totalmente despierto le pidió leche a su madre.
Sumado a la enfermedad del entonces pequeño Matías, hubo otras complicaciones, pero con ellas también se abrieron unas oportunidades. En el 2004 su papá trabajaba como empleado bancario, así que no tenían dónde hospedarse mientras su pequeño era sometido al tratamiento.
Por eso, se vio en la obligación de devolverse a Misiones, su provincia de origen, mientras que a Clara y al bebé los hospedaron en la Casa Ronald McDonald; la cual recibe y acompaña desde hace 30 años a las familias de chicos con enfermedades que requieren un tratamiento de alta complejidad.
“Fue lo mejor que nos pudo pasar. No estuvimos solos. No solo nos recibieron durante todo el tiempo: ahí nos encontramos con otras familias del interior del país que vivían cosas tan duras como nosotros. Y entre todos nos apoyamos”, recordó Clara.
Pero el verdadero milagro estaba por venir, pues Matías tuvo que seguir sometiéndose a otras operaciones estéticas y en el proceso decidió que, al igual que los hombres que le salvaron la vida, quería convertirse en médico.
“Quiero convertirme en cirujano, especializarme en estética reconstructiva, para darles a otros chicos que lo necesiten la oportunidad que los médicos me dieron a mí”, dijo Matías, que ya está en cuarto año de la carrera de medicina en la Universidad de Posadas.
Los médicos le dijeron a sus padres que la enfermedad y operación de su hijo podría generar varias consecuencias como la pérdida de memoria y la afectación a la capacidad cognitiva, pero afortunadamente no ha tenido ningún efecto directo.
“Cada vez que estudio para un examen y logro avanzar en la carrera, me acuerdo de ese pronóstico y le agradezco a Dios el milagro”, indicó Matias.
El joven de 21 años indicó que la forma como lo atendieron los médicos lo marcó para siempre, a pesar de que no recuerda la operación de su cáncer porque todavía era un bebé.
De esta forma, a medida en que fue creciendo empezó a notar que una enfermedad le había cambiado su rostro pero con unas cirugías los médicos empezaron a corregir su aspecto.
“Yo solo pensaba que quería ser como ellos. Tan creativos, tan inteligentes, tan comprometidos con los pacientes. Eran como los de Grey’s Anatomy, la serie que yo miraba. Ahí decidí que quería ser uno de ellos”, agregó.
Matías decidió llevar una vida de adolescente en la que incorporó el deporte a su vida. Comenzó a jugar fútbol y había dado grandes pasos en el club de Misiones. Además, recibió una invitación para probarse en un club en Buenos Aires.
“Entrenaba muchas horas por día. Pero a la hora de elegir, pensé que no era la vida que quería. Además, cada tres meses tenía que parar por completo la actividad para operarme, ya que las operaciones eran progresivas, a medida que iba creciendo”, detalló.
Las cirugías estéticas comenzaron cuando tenía 11 años y fueron progresivas hasta que cumplió 18. Durante este tiempo no le preocupaba su aspecto y lo único que quería era jugar y divertirse.
Sin embargo, el joven reconoció que se sintió decepcionado con las intervenciones quirúrgicas y hubo momentos en los que quiso desistir tras ver algunos documentales.
“Ahora no quiero seguir operándome. Siento que yo ya me acepté, este soy yo, esto es lo que me identifica. No quiero pretender tapar superficialmente mi esencia, lo que soy. Lo tomo como la marca que me dejó la vida. Que Dios existe, que los milagros existen”, expresó.
La historia de vida de Matías es calificada por su madre y muchas otras personas como todo “un milagro” por la forma como este niño superó este extraño cáncer y ahora es todo un ejemplo de vida.
“Siempre lo fue. Desde que nació, porque yo no podía quedar embarazada. Habíamos adoptado a Juan Ignacio y poco después quedé embarazada. Todo salió bien, hasta que poco antes de que cumpliera el mes, le encontré una bolita bajo la oreja derecha”, indicó Clara.
Los padres resaltaron que, a pesar de la dura experiencia que tuvieron que vivir con Matías, tuvieron la fortaleza para unirse como familia para superar esta compleja etapa y hoy se sienten muy orgullosos por los logros de su hijo.
Infórmate minuto a minuto sobre esta y otras noticias del mundo en nuestro Facebook.
Los atentados del 11 de septiembre estremecieron a Estados Unidos siendo uno de los eventos… Read More
Estados Unidos y el mundo se estremeció el 11 de septiembre de 2001 por cuenta… Read More
Han pasado 23 años desde que se registraron los atentados del 11 de septiembre contra… Read More
¿Te imaginas ver una jirafa sin manchas en su cuerpo? Este curioso caso se registró… Read More
Una pareja de meteorólogos protagonizó una boda muy especial y muy acorde a sus profesiones:… Read More
Tom Leppard o 'El hombre leopardo' fue un militar británico que prestó sus servicios por… Read More