“No podrás volver a hablar”, advirtieron los médicos a Gemma Weeks, de 37 años, luego de que la diagnosticaran con cáncer tipo cuatro en su lengua y cuello. Sin embargo, la mujer sorprendió a todos al demostrar que los milagros sí existen.
Un doloroso agujero en su boca fue lo que la hizo ir a un hospital de la localidad de March, en Cambridgeshire, Inglaterra, donde los doctores le informaron que, como parte de su proceso quirúrgico, habría que extirparle el 90% de la lengua.
Su enfermedad comenzó a ser notoria hace unos seis años cuando Gemma comenzó a sentir un profundo agotamiento y otros síntomas entre los que percató una mancha blanca en la lengua, sin embargo, no le prestó atención. Fue hasta finales de febrero de 2023 cuando el agujero en su lengua advirtió que se trataba de algo grave, reseñó el Daily Star.
“No podía comer porque era muy doloroso”, relató la mujer.
Gemma es madre de una niña y confesó sentirse aterrorizada ante la idea de no poder volver a hablar, comer ni beber de forma regular. Pese a ello, su vida estaba primero. “Preferiría ver crecer a mi hija y no perderme todos sus momentos especiales”, expresó.
Solo a días de su diagnóstico, el primero de marzo, a Gemma la intervinieron de urgencia en el Addenbrooke’s Hospital de Cambridge. En el procedimiento los doctores le extirparon la lengua y luego se la reconstruyeron con tejido de su brazo. También le extrajeron las glándulas malignas del cuello.
Y aunque su panorama no era muy alentador y prometía dejarla discapacitada para volver a hablar, la mujer sorprendió a todos cuando logró emitir su primera palabra días después de la operación, mientras intentaba saludar a su esposo e hija, quienes la visitaban en el hospital.
“No sonaba como yo en absoluto, pero fue un progreso en el que he estado trabajando desde entonces y ahora la gente puede entenderme, en su mayoría”, contó.
En el procedimiento quirúrgico para reconstruir su lengua los médicos usaron además de tejido de su brazo, una vena y un nervio.
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“Ahora puedo hablar casi normalmente, pero me cuesta entender muchas palabras, especialmente si tienen ‘c’ o ‘s’ y no sueno como solía hacerlo. Mi nueva lengua está conectada al lado izquierdo de la boca, por lo que es extremadamente difícil”, explicó.
Posteriormente, Gemma tuvo que someterse a seis semanas de radioterapia y quimioterapia. Y ante el alto costo de estos tratamientos, sus familiares recolectan dinero para cubrir los gastos.
“Tener ese apoyo financiero hace una gran diferencia. Estoy yendo y viniendo a Addenbrooke’s en Cambridge la mayoría de los días, básicamente estás pagando por estar enfermo. Es realmente difícil”, asumió Gemma.
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