El amor propio es uno de los más grandes tesoros que cualquier persona puede tener, de lo cual, Alba Parejo es un buen ejemplo: la joven que alguna vez se escondió detrás de sus más de mil lunares, hoy muestra cada uno de ellos y le dice al mundo lo bella que es.
Actualmente, la joven que es originaria de Castelldefels, España, tiene 21 años, y según contó en conversación con PlayGround, su cuerpo está repleto de lunares y marcas, debido a una extraña enfermedad llamada Nevus Congénito Melanocítico Gigante, de la cual no se conoce la causa de origen.
“Significa que es una mancha gigante con melanocíticos, es decir con lunares al rededor y es de nacimiento. Yo nací con una mancha gigante que me ocupaba la zona de la espalda, el trasero, parte del abdomen y los muslos, pero actualmente después de muchas operaciones solo tengo el lunar en el trasero”, contó a PlayGround. Como consecuencia, añadió, “tengo muchas cicatrices al rededor del cuerpo y pues eso, muchos lunares”.
Y aunque hoy se define como una mujer fuerte, segura de sí misma y que se gusta al mirarse al espejo, Alba reconoció que hace unos años su realidad emocional y mental era otra. Indicó que cuando estaba más joven la acomplejaba mucho el hecho de que las personas la miraran con rareza, e incluso, la compararan con un dálmata.
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Esta misma razón fue una dificultad en sus experiencias amorosas, pues contó que siendo más jovencita, los chicos se fijaban más en su apariencia y no en sus sentimientos.
“El chico con el que fue mi primer beso no sabía lo que tenía, porque al final los lunares y las cicatrices o la mancha en sí las puedo tapar. Después de tener nuestro primer beso y todo, yo decidí enseñarle mi espalda que la tengo pues toda cicatrizada, y el chico la verdad es que se quedó como bastante parado y como que me aconsejó taparlo porque no todo el mundo querría a una persona deforme”, dijo.
Pero, ese incidente fue determinante para su vida, pues de inmediato Alba entendió que solo tenía dos opciones: seguir tapando su cuerpo y vivir acomplejada con quien era, o mostrarse al mundo tal y como es y así quien se interesara en ella sería conociéndola en toda su esencia, así que las redes sociales se convirtieron en sus aliadas para visibilizarse.
“¡Qué guapa, la que sale en esas fotos soy yo”
Alba define esa decisión como la mejor experiencia de su vida y lo que le permitió descubrir su belleza y seguridad. Contó que la reacción y comentarios de la gente le permitió entender lo guapa que es.
Sus fotos y videos se convirtieron en foco de interés de fotógrafos, quienes al verla, la contactaron para que fuera la protagonista de sus sesiones fotográficas.
“Fue muy bien para mi el hecho de desnudarme delante de un desconocido, que eso también para mí era como que veía un imposible, y a la vez el hecho de que un fotógrafo me hiciera fotos, yo verlas y decir: ‘ala, qué guapa ¿no? la que sale y soy yo'”, expresó.
Fue así como el miedo y la inseguridad se transformaron en una oportunidad de vida para valorarse por encima de todas las cosas y ser su persona favorita frente al espejo.
“Me gustan las cicatrices y me gusta cómo salgo en la foto. Y entonces es un tratamiento que me ha ido superbien de autoestima. Yo creo que es necesario normalizar los diferentes cuerpos, porque al final esto tiene un impacto en todo el mundo”, dijo.
La ganadora de un concurso de belleza
Alba comenzó a gustarse tanto a sí misma que se animó a participar en un concurso de belleza del centro comercial Ànecblau, en España, en el cual se coronó como la ganadora. Y como parte de su premio, la joven tendría la oportunidad de posar en carteles publicitarios.
“Lo de ser modelo es más por dar a conocer la enfermedad, y ser un ejemplo que al mero hecho de serlo”, contó a La Vanguardia.
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