Decir gracias abuelo es poco para todo lo que alguna vez hizo por nosotros, incluso cuando a papá le faltó la valentía necesaria para quedarse. Si algo saben los abuelos es dar amor incondicional, ellos ya criaron a sus propios hijos, ahora tienen el adorable trabajo de consentir a los nietos e incluso enseñarles lo bueno y lo malo de la vida.
Gracias a los abuelos muchos niños tuvieron esa figura paterna que es tan importante en el desarrollo de un infante. Con su amor se volvieron inspiración para que sus nietos persiguieran sus propios sueños, superaran los límites y se convirtieran en adultos buenos y llenos de valores.
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Con sus palabras que desprendían sabiduría y sus historias cargadas de aventura, los abuelos se convierten en una parte indispensable de nuestras vidas. Incluso ellos mantienen en su interior el alma de un niño que solo piensan en hacer la siguiente travesura.
Los abuelos tienen un corazón tan grande y lleno de amor, que hasta son capaces de tomar un lugar que nadie les pidió, como es la figura paterna que un día decidió marcharse. Ellos se convirtieron en esa imagen de autoridad y amor que tanto necesitamos cuando somos niños; incluso cuando mamá hacía todo lo posible para que esa ausencia no se notara.
Fue gracias a esa figura del abuelo que aprendimos lo que es contar con el apoyo incondicional y amoroso de una persona que haría cualquier cosa por vernos felices. Ellos se vuelven proveedores, amigos, cómplices y un refugio a donde correr cuando sentimos que el mundo se nos viene abajo.
Un abuelo siempre va a vivir en nuestros corazones y ese amor tan grande que nos dio transciende las barreras del tiempo y el espacio. No nos alcanzaría la vida para retribuir todo lo que una vez hicieron por nosotros. Así que solo podemos decir ‘simplemente gracias abuelo’, por estar presente y por regalarnos la dicha de ser parte de cada día de tu vida, desde el primer momento hasta tu último suspiro.
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